APUNTE

El desmelene inesperado

Ferran Torres junto al presidente Joan Laporta presentado como nuevo jugador del Barça

Ferran Torres junto al presidente Joan Laporta presentado como nuevo jugador del Barça / Pau Barrena/AFP

Albert Guasch

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No hace ni dos días, el Barça era un club de lágrimas que se rompían sobre papeles plagados de números en rojo. Si hasta hubo que despedir a Messi… Pero, de repente, el Barça vuelve a comportarse como uno de esos multimillonarios norteamericanos que han emergido dos o tres veces de la bancarrota. Ya encarga puros caros. 

«El resurgimiento del Barça es una realidad, el mercado del fútbol se ha dado cuenta. El ejemplo es que Ferran está aquí. Todo el mundo se puede ir preparando porque hemos vuelto», soltó Joan Laporta. Una especie de I’m back de los grandes campeones en busca de redención.

El discurso del presidente pareció una verbalización del propósito del nuevo año. Dejar atrás el argumentario de que todo está estropeado y es culpa de la anterior directiva para reconducir el mensaje hacia la idea, más risueña, de que el futuro es espléndido. Hasta Haaland es posible, vino a decir, en un desmelene inesperado. 

La seguridad de Alemany

Como el esquema clásico de poli bueno y poli malo, Laporta se ha reservado el papel de cheerleader del barcelonismo y Mateu Alemany se ha quedado con el rol de la contención y el realismo. 

Y cabe decir que en estos momentos el director deportivo se hace escuchar. Si en los inicios desprendía un aire dubitativo, en la presentación de Ferran Torres sonó seguro y en control. 

Se atrevió incluso a imponerse un plazo límite, que es de las cosas más peligrosas que uno puede hacer cuando se dedica a la gestión pública, y dijo que antes del domingo habrá suficientes salidas como para inscribir a Torres. Las palabras duras, en una demostración de esta fortaleza adquirida, las reservó para Dembélé y su representante, el aprendiz de Mino Raiola que quiere hacer creer que gestiona la carrera de un Haaland y no de un futbolista de cristal.

Tras las pancartas alegres de Laporta, conviene mirar detrás, que es lo que hace y dice Alemany. Pero no nos engañamos sobre quien manda. Como dice la proverbial cita de superación, «el hombre más poderoso es el que es capaz de los sueños más grandes». Soñemos con Haaland, pues, que la pose modesta casa mal con el Barça.

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