La fuerza suficiente

Estoy muy impresionado de las muestras de euforia de los responsables del Consell per la República después de las elecciones a la Assemblea de Representants. Han participado 22.584 personas, que han escogido lo que debería ser una especie de Parlament paralelo, una de las ramas de este movimiento (¿cómo deberíamos llamarlo? ¿invento? ¿entelequia?), que es "un instrumento para acabar entre todos lo que empezamos el 1 de octubre".

No pienso ridiculizar el uso de la tecnología, como ha advertido Carles Puigdemont que podía ocurrir, y me parece encomiable que tanta gente dedique parte de su tiempo “a hacer entrar la democracia en el bolsillo de la gente a través de los teléfonos inteligentes ”. Esto no. Lo repito: un aplauso sincero para todos los esforzados que creen en un proyecto que no deja de ser una plataforma a mayor gloria del expresidente. Ahora, de ahí a pensar que, tras la “legitimidad adquirida” en el 2017, estas elecciones son “un paso importantísimo”, como ha dicho Toni Comín, hay un mundo. "Nos faltaba acumular la fuerza suficiente para que el mandato se hiciera efectivo". ¿En serio que lo dicen en serio? ¡Veintidós mil personas! ¿De verdad no viven en el limbo de los sueños húmedos?

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