Nuevas tecnologías

Potenciar la digitalización de los mayores

Es urgente fomentar la formación digital para los mayores de 65 años

Un hombre usa la aplicación de Whatsapp en su teléfono móvil

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Carmina Crusafon

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Los fondos europeos para la recuperación económica destinan unas partidas para la formación digital. En concreto, se pone énfasis en dotar de competencias digitales básicas al conjunto de la ciudadanía. Normalmente se piensa más en los más jóvenes; sin embargo, existe un segmento de la población que muchas veces queda relegado en esta área: los mayores de 65 años. Son un grupo importante porque equivalen casi al 20% de la población española. Es momento de preguntar qué se está haciendo para esta franja de edad; de qué manera se va a potenciar su formación y así evitar que queden al margen de los beneficios de la digitalización.

¿Qué son las competencias digitales básicas?

La digitalización de la sociedad comporta otras necesidades de formación adaptadas al nuevo entorno. De ahí que se hable de forma generalizada de adquirir competencias digitales básicas. Según el Ministerio de Educación, “estas implican el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías de la información y la comunicación para alcanzar los objetivos relacionados con el trabajo, la empleabilidad, el aprendizaje, el uso del tiempo libre, la inclusión y participación en la sociedad”.

Este conjunto de conocimientos y habilidades son necesarios para el conjunto de la ciudadanía. Se traduce en saber usar el ordenador y los dispositivos móviles para tareas de la vida diaria. Los expertos han identificado cinco áreas para ser digitalmente competente: información, comunicación, creación de contenidos, seguridad y resolución de problemas. Esto equivale a saber realizar las siguientes acciones. Primera, buscar, organizar y analizar información digital. Segunda, comunicar y colaborar en entornos digitales y a través de redes sociales. Tercera, crear y editar contenidos digitales. Cuarto, conocer los aspectos básicos de la seguridad personal (protección de datos y de identidad digital). Quinta, saber resolver problemas a través de herramientas digitales.

En el caso español, las estadísticas europeas indican que no se llega a la media europea en lo que se refiere a competencias digitales. Se sitúa en la posición 16 de un total de 27 países. Esto equivale a que el 43% de las personas entre 16 y 74 años carece de estas aptitudes para desarrollarse en el mundo digital. Además, este porcentaje aumenta en los mayores de 75 años, muchos de ellos con grandes dificultades para desenvolverse en entornos digitales.

Los fondos europeos para la formación digital

El plan de recuperación, transformación y resiliencia diseñado por el Gobierno de Pedro Sánchez incluye un plan nacional de competencias digitales. En concreto, se definen todos los detalles en el componente 19. El principal objetivo es garantizar la inclusión digital, es decir, no dejar a nadie atrás en el proceso de digitalización y avanzar en el desarrollo de competencias básicas de la ciudadanía. En este sentido, se busca incrementar el número de personas con competencias digitales básicas. Actualmente, unos 15 millones de personas en España carecen de dichas competencias digitales básicas.

Entre las acciones definidas para los mayores de 65 años se han incluido dos tipos de actividades. Las destinadas a ayudarles a realizar comunicaciones y transacciones seguras en línea utilizando sus propios dispositivos electrónicos. En concreto, se propone una red de voluntarios que ayuden a estos en el uso de sus dispositivos. Además, se han definido programas de capacitación digital en las zonas de prioridad demográfica para las personas mayores. Faltará ver cómo se concretan finalmente y cuántos recursos económicos se destinan.

Asistencia para las tareas diarias digitales

La tecnología puede ser muy beneficiosa para las personas mayores para mantener su autonomía. Pero su avance obliga a reforzar la ayuda para este colectivo para evitar que se produzca una brecha digital. Es necesario facilitarles el acceso y reforzar su seguridad para poder realizar las actividades diarias. En especial, en los servicios sanitarios, financieros y de compras ‘online’ para que sean fácilmente accesibles; y al mismo tiempo, se mantengan los servicios presenciales exclusivos para este colectivo. No puede ser que la digitalización excluya a la economía plateada porque sería un gran error.

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