Apunte

Aragonès ofrece una vía fallida

El candidato de ERC no entró en detalles de cómo hacer inevitable lo que para el Gobierno del Estado es innegociable

Pere Aragonès.

Pere Aragonès. / Acn

Jordi Mercader

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JxCat está haciendo pagar a ERC la investidura truncada de Carles Puigdemont hace tres años. Pere Aragonès se sometió a la penitencia con animosidad, dejando entrever que el gobierno inevitable será probablemente también un gobierno fallido, porque además de la promesa de la reconstrucción pospandemia y de su voluntad de luchar contra las desigualdades, anunció su determinación de “hacer inevitable” la amnistía y la autodeterminación.

El candidato no entró en detalles de cómo hacer inevitable lo que para el Gobierno del Estado es innegociable. Hay que suponer que Aragonès está al caso de lo que Quim Torra le confesó el otro día a Gemma Nierga: "Lo primero que me dijo Pedro Sánchez en nuestra primera reunión fue que ni hablar de hablar de autodeterminación, ¡qué ingenuidad pensar que el diálogo conseguirá la autodeterminación!", exclamó Torra. Respecto de la amnistía, el PSOE acaba de vetar su tramitación en el Congreso de los Diputados.

Aragonès advirtió que no podía garantizar que consiguiera sus propósitos, aunque anunció su intención de promover un acuerdo nacional sobre ambos objetivos. No se le puede escapar que es más fácil crear los nuevos departamentos que citó o cerrar alguno de los pactos nacionales enumerados (industria, transición ecológica, territorio) que culminar una negociación histórica planteada en los términos actuales. De no tener recorrido, la CUP va a desanimar pronto y ERC se va quedar mano a mano con las desconfianzas crónicas de JxCat.

Salvador Illa le pidió a Aragonés que empezara por decir la verdad de lo que se puede hacer y después le ofreció su apoyo para dialogar con el Gobierno de Madrid siempre y cuando exista una mesa de negociación en Catalunya donde consensuar las propuestas a presentar al Gobierno del estado. Todo lo contrario de lo que pretenden sus socios inevitables. Albert Batet se lo dejó claro a Aragonès: gobierne usted los asuntos autonómicos desde la Generalitat y deje para el Consell per la República el avance hacia la independencia.

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