Detalles del infierno

El acoso, los abusos, las violaciones, son la expresión más burda y furibunda del panorama que tienen que vivir muchas mujeres. Son la evidencia explícita de la violencia de unos machos desatados. Pero luego está el día a día, el acento constante, el bajo continuo del desprecio. La solidificación del poder a través de aspectos minúsculos, pero cotidianos, no delictivos, pero demoledores, porque son persistentes y porque representan un muro que se construye día a día, en la frialdad de un archivo gris, en una oficina siniestra.

Esto es lo que enseña 'The assistant', la película de Kitty Grenn (Filmin) que ha sido vendida como el film "definitivo" sobre el 'Me too'. Es más que eso. Es un ejercicio de caligrafía delicada, sutil y lacerante, sobre un día en la vida de una ayudante de producción cinematográfica. Más allá de la prepotencia masculina, de la pesadilla del engaño y la altivez, está la fijación por los detalles del infierno. Me quedo con una escena aparentemente banal. Julia Garner, la protagonista, se encarga también de llevar los bocadillos. Uno de los compañeros rechaza el suyo con desdén: "¡Te había dicho de pollo, no de pavo!". Ella inclina la cabeza.

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