Pros y contras
Más allá del PSC

Salvador Illa, en su ronda telefónica con los partidos, este martes. /
Desde las filas independentistas y en su siempre fiel corte mediática, se devalúa el triunfo socialista equiparándolo a la victoria de Ciudadanos de 2017. No es una comparación inocente. Entonces, Inés Arrimadas renunció desde el primer minuto a hacer valer sus votos. Es cierto que la aritmética le cegaba cualquier vía a la presidencia, pero su dejación convirtió su propuesta política en politiquería gaseosa.
Entretodos
El triunfo de los socialistas nada tiene que ver con aquello. En 2017, la tensión se cortaba en el aire. Catalunya estaba en choque por el 1-O, la DUI y el 155. En la campaña electoral, Cs jugó la carta de la polarización, igual que los partidos independentistas. Ortigas en la piel. El rédito de la inflamación. Pero ahora el PSC ha ganado haciendo bandera de todo lo contrario. Desde que empezó el ‘procés’, es el primer partido que se impone en las urnas con un discurso en las antípodas de la crispación. Una oferta clara por superar el conflicto con diálogo y respeto. Frente a los exabruptos, serenidad. El triunfo del PSC excede a sus siglas, es la constatación de la fatiga del conflicto y la esperanza de una reconciliación.
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