Análisis político

El PSOE combina con todo

Entre el inmovilismo y la temeridad, Pedro Sánchez siempre apuesta por lo más divertido

Comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / JOSÉ LUIS ROCA

Matías Vallés

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Contra la beatería, por lo visto puede hacerse política con la pandemia. Es suicida aupar a un ministro de Sanidad, con un suplemento de cien mil muertos en el primer año del coronavirus, a candidato a una Generalitat inamovible en las tres elecciones de la última década. De hecho, el precedente de Macron al catapultar a la ministra del ramo Agnès Buzyn a la alcaldía de París se saldó con un sonoro fracaso, ante la Anne Hidalgo propietaria del cargo. La maniobra de Salvador Illa es casi tan temeraria como gobernar con Podemos, o como asociarse el voto de ERC y Bildu. Por tanto, Sánchez se atreve. En su tónica, el PSOE combina con todo. El presidente del Gobierno no le teme ni a la resurrección del infeliz tripartito.

De las múltiples opciones que se abren ante todo ser humano, la más socorrida suele ser no escoger ninguna y mantenerse confinado en un cerrojazo existencial. Sánchez se distingue por todo lo contrario. Entre el inmovilismo y la temeridad, siempre apuesta por lo más divertido. La pandemia hunde a quienes no saben combatirla, con Trump como ejemplo exquisito de los estragos del ‘free covid’ frente al éxito electoral de la neozelandesa Jacinda Ardern en su ‘covid free’. Sin embargo, la crisis permanente favorece a un primer ministro español que se aplica sin conocerla una máxima extrema de Churchill, «cuando estás atravesando el infierno, sigue adelante». Y si hay un político condenado y rescatado del fuego eterno, habita en La Moncloa. Zapatero pestañeó ante el colapso, Sánchez no quiere repetir este error. De hecho, el PSOE que combina con todo contrasta con la pereza recalcitrante del PP, tan previsible. Antes de asustarse, es obligado recordar que los intelectuales orgánicos del socialismo, González o Guerra que tanto monta, promovían a la simpar Susana Díaz como presidenta del Gobierno. O en su defecto, a Mariano Rajoy. Frente a las acusaciones de improvisación, Sánchez conoce de antemano la senda a emprender. Será siempre el camino más difícil, el vértigo corre de nuestra cuenta.