Pros y contras

Nacer y morir

María José Carrasco, y su marido, Ángel Hernández, que pedían la eutanasia para ella

María José Carrasco, y su marido, Ángel Hernández, que pedían la eutanasia para ella / periodico

Emma Riverola

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Navidad. Nativitas. Nacimiento. El inicio. El instante en el que todo empieza. Un folio en blanco que puede contenerlo todo. Drama. Tragedia. Comedia. Amor. La ilusión. El tedio. La inquietud. Probablemente, un poco de todo. Millones de emociones, granos de arena en el reloj del tiempo. Con el primer llanto, el instrumento de vidrio da la vuelta. Y la vida se va colmando. Hasta el último suspiro. Sí, la muerte también se esconde en el nacimiento. El tránsito. Vida eterna para algunos, misterio insondable para otros. Quizá solo descanso.

En este año en el que las estadísticas se han poblado de fallecimientos, en el que la muerte -casi siempre tan callada- se ha colado en todas las conversaciones, hemos sabido tejer un acuerdo para un final digno. Por una amplia mayoría absoluta, la ley de eutanasia se ha aprobado en el Congreso. Es el logro póstumo de muchos que se vieron obligados a partir sin tener el control de su final, sin poder ejercer su voluntad, ante la impotencia de sus seres queridos. En un año de tantas lágrimas, tiene algo de justicia poética esta última victoria sobre el dolor de la muerte. Nacemos. Morimos. Con dignidad.