Opinión | Editorial

El Periódico

Un incierto cuarto trimestre

La recuperación de la economía a corto plazo, recuerda el Banco de España, también tiene que ver con la responsabilidad individual para evitar nuevos brotes

Terraza abierta en un bar del paseo de Sant Joan en Barcelona

Terraza abierta en un bar del paseo de Sant Joan en Barcelona / RICARD CUGAT

A lo largo del año que está pronto a acabar hemos comprobado cómo funcionan los vasos comunicantes entre la economía y la situación sanitaria. Si una falla, la otra se resiente. El Banco de España, en su último informe trimestral, ahonda en esta idea cuando condiciona la recuperación económica a la manera en que se logre contener la pandemia. La vacunación masiva, que se producirá mucho antes de lo que se esperaba hace tan solo unos meses, ayudará a acortar los tiempos, pero no será suficiente, porque la inmunidad de grupo tardará en llegar. La actuación de los individuos sigue siendo clave para que la sociedad en conjunto remonte. A ello se refiere el Banco de España al afirmar que la evolución de la economía a corto plazo depende de que se puedan contener nuevos brotes del coronavirus mediante el mantenimiento de ciertas restricciones y de «los comportamientos voluntarios de observancia del distanciamiento social». Si hace unos días eran prestigiosos médicos de Barcelona quienes apelaban en un manifiesto a extremar la prudencia, ahora es una institución económica tan relevante como el Banco de España quien lo destaca. Y ambos avisos coinciden a las puertas de la Navidad y con un preocupante repunte de los contagios.

Son lógicas las quejas de los sectores afectados por los cierres, máxime cuando no se acompañan de ayudas directas; pero si no se estabiliza la situación epidemiológica, tampoco la economía despegará. Y eso también es más paro y más ertes. Las decisiones políticas, a menudo cambiantes y contradictorias, intentan hacer compatible la apertura económica hasta los niveles que permita la pandemia. Los ciudadanos hemos de hacer posible que la ecuación funcione.

En su informe, el Banco de España prevé una caída del PIB en el cuarto trimestre del 0,8%, en su escenario central, debido al endurecimiento de las medidas contra el covid. No es un buen dato, si bien el propio Banco de España sitúa estas previsiones en un «grado elevado» de incertidumbre. Así, en el escenario más optimista, calcula que la economía española podría incluso subir un 0,6%; mientras que en el más pesimista el descenso podría ser del 3%. No hay un consenso claro entre los diversos servicios de estudios sobre la evolución del cuarto trimestre. El Gobierno, por su parte, calcula que habrá crecimiento, según han apuntado la vicepresidenta Nadia Calviño y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.

La falta de certezas va asociada a la propia evolución de la pandemia, y a cómo afecte esta a las actividades económicas (sobre todo, a las que implican más interacción social). No podemos saber aún cómo será el cierre del año, sin embargo, el histórico rebrote del PIB del tercer trimestre (16,7%), en un verano sin turistas, debe hacernos pensar en la capacidad de la economía española para repuntar.