El final y el cava

Ya han colgado luces de Navidad y ya han empezado las campañas de promoción de cavas y turrones. Se han tenido que adaptar, sin embargo, a los tiempos que corren. El año 2018, una marca muy conocida tenía como lema "Alguna cosa maravillosa pasará". Es muy probable que tuvieran razón, sobre todo si lo miramos desde este año terrible. El año pasado, a estas mismas alturas, decían: "Lo volveremos a hacer". No era una proclama independentista, aunque lo parecía, sino el afán de incentivar la fiesta.

En este 2020, han optado por una solución que, evidentemente, no podía pasar por hacer ver que todo sigue igual ni por provocar encuentros de más de seis personas fuera del ámbito estrictamente familiar. Se han reinventado. Apuestan por la inmediatez, porque nadie sabe cómo, ni cuándo, ni de qué manera terminará todo esto. "Vivir para celebrar", dicen, y "no me interesa el final, sino este instante". Pero como, al final, el final sí que nos interesa, formulan una frase que pasará a la historia de la publicidad: "¿Hay un final mejor que no esperar al final para celebrarlo?". Parece un anuncio de cava, pero si lo hubiera dicho Slavoj Žižek se discutiría en los seminarios de filosofía.