Análisis

Carta de derechos digitales: retornar a la red de oportunidades

La regulación que prepara España debe estar enfocada a asegurar una internet accesible, abierta y libre y a que los derechos humanos y civiles estén garantizados

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Lourdes Muñoz Santamaría

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España se dotará de una carta de derechos digitales para regular la protección de los derechos de la ciudadanía en entornos digitales. Para ello se han creado diversos espacios de participación. 

El lanzamiento de la carta se propone abordar la protección de colectivos vulnerables, las nuevas relaciones laborales o el impacto de la inteligencia artificial. En los últimos años la evolución del impacto de la tecnologías digitales en la sociedad ha generado inquietud, incluso han sido percibidas más como amenazas que como ventajas por parte de la población, por tanto resulta necesario una legislación que proteja a la ciudadanía y potencie la internet generadora de oportunidades.

Hace un año, <strong>Tim Berners-Lee</strong>, creador de la World Wide Web, lanzó una iniciativa para salvarla de la "distopía digital". Su 'Contrato para la Web' pretende evitar que sea mal utilizada por aquellos que quieren explotarnos, dividirnos y debilitarnos. Berners-Lee advirtió del riesgo de que la Web pierda el poder para transformar la vida de la gente, enriquecer la sociedad y reducir la desigualdad siendo como es, una de las grandes oportunidades que definen nuestra época. 

La propuesta está destinada a: gobiernos, empresas y ciudadanos, y propone nueve principios. Tres están dirigidos a los gobiernos: asegurarse de que todo el mundo pueda conectarse a internet, hacer que toda la internet esté disponible en todo momento y respetar y proteger los derechos básicos de las personas sobre sus datos y privacidad en la red. Otros tres están destinados a las empresas: que internet sea asequible y accesible para todo el mundo, respetar y proteger la privacidad y los datos personales, así como desarrollar tecnologías que promuevan lo mejor de la humanidad. También interpela a la ciudadanía a: crear y colaborar en la web, construir comunidades que respeten la discusión civilizada y la dignidad humana, y luchar por la web.

La carta española, desde una lógica europea, debería regular todos esos aspectos. Aspectos como que las infraestructuras de red deben ser la base, para que pueda ser efectiva, afectando a los contenidos, herramientas digitales y sus usos.

También el derecho a una internet accesible, abierta y libre. Con un acceso universal a internet para garantizar la cobertura de todos los territorios con un servicio de calidad que permita el desarrollo personal y económico así como regular la neutralidad de la red para que los proveedores de acceso a internet no discriminen entre contenidos, plataformas, servicios, dispositivos o personas.

Las garantías en la infraestructura deben ser completadas con garantías de inclusión digital, que permitan el real acceso igualitario a internet. Este acceso requiere abordar las brechas digitales existentes, inclusión que requiere un precio accesible y conocimientos que permitan acceder a las oportunidades.

La brecha digital de género debe abordarse de forma específica en una carta de los derechos. Existen importantes brechas en los usos avanzados y las mujeres aún suponen una minoría como profesionales del sector digital y por tanto como creadoras de las tecnologías que están marcando nuestra sociedad. 

Respecto a los derechos básicos de privacidad en las comunicaciones y soberanía de los datos personales y la transparencia en los algoritmos de inteligencia artificial, la ciudadanía debe sentirse empoderada y asegurar respeto a los procesos digitales.

La carta de derechos, en definitiva, debe estar enfocada a que los derechos humanos y civiles estén garantizados. A la vez, internet y las tecnologías deben generar más oportunidades de forma equitativa y no más brechas.

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