DEBATE ORGANIZADO POR LA CAIXA

La pandemia amenaza con hacer repuntar el abandono escolar

Fundació La Caixa y El Periódico: Los retos de la educación en contexto de pandemia

Fundació La Caixa y El Periódico: Los retos de la educación en contexto de pandemia. / periodico

María Jesús Ibáñez

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La pandemia del coronavirus puede ser, pese a todo, una oportunidad para las escuelas. La nueva situación puede propiciar, si se gestiona bien, en una ocasión para cambiar métodos de enseñanza. Y para mejorar la relación de los docentes con sus alumnos y las familias a través de unas tutorías renovadas, y también para trabajar aspectos que demasiadas veces se descuidan o se minusvaloran como la adquisición de autonomía personal o la capacidad de autoorganizarse en el caso de los estudiantes. Pero, ojo, la pandemia puede agravar uno de los problemas más ancestrales del sistema educativo en España: el abandono escolar, que el pasado año 2019 afectó al 17,3% de los estudiantes españoles, casi uno de cada seis alumnos.

Los docentes son ahora 'figuras multitarea': rellenan decenas de aplicativos mientras toman la temperatura

"Ya durante el confinamiento se vio que era necesario mantener un contacto estrecho con los estudiantes y con sus familias para asegurar que los chavales no desconectaban de los aprendizajes y que no perdían el vínculo con sus profesores y compañeros", constata Coral Regí, directora del colegio Virolai de Barcelona y miembro del Consell Escolar de Catalunya, en un debate organizado por EL PERIÓDICO DE CATALUNYA y la Fundació "la Caixa" con el propósito de reflexionar sobre Los retos de la educación en el contexto de la pandemia.

Los peligros de perder el contacto

La amenaza está ahí y empieza a ser una realidad en algunos lugares. Un artículo de la semana pasada del diario estadounidense 'New York Times', prosigue Regí, "alertaba de cómo en la India un número importante de niños y adolescentes han desconectado de la escuela durante la pandemia y ha vuelto a aparecer en ese país el trabajo infantil". "Pero si es que durante los meses de confinamiento, no en la India, sino aquí mismo, el 23% de los estudiantes no se han conectado con sus profesores y el 80% no ha sabido trabajar de forma autónoma", alerta Xavier Bertolín,  director del área educativa de Fundació "La Caixa",  participante en el debate. 

"Esta pandemia nos da la oportunidad de dar el salto a la educación del siglo XXI y dejar atrás la del XX "

Xavier Bertolín

— Directordel área educativa de la Fundació "La Caixa" 

Más allá del absentismo escolar que se ha detectado en algunos colectivos minoritarios, en los que las familias han mostrado cierta resistencia a llevar a sus hijos al colegio este septiembre por miedo a posibles contagios, hay dos grupos de estudiantes que preocupan especialmente a los docentes: los de los más pequeños, la denominada primera infancia, por las dificultades que tienen algunas familias a la hora de conciliar, y la de los más mayores, los adolescentes. "Ahí hay un trabajo fundamental de los tutores, ya que son alumnos que, cuando desconectan de la escuela, cuesta mucho que vuelvan a incorporarse", señala Regí. 

Estrechar el vínculo con las tutorías

La nueva situación obliga, pues, a hacer una revisión en profundidad de los planes tutoriales, es decir, de las herramientas que utilizan los docentes para asegurar que el alumno confinado (o que ha sido enviado a casa para cumpir la cuarentena) no se desconecta del curso. "Es uno de los aspectos en los que hay que invertir en este momento para que esto no sea un fracaso mayor del que ya lo es", asegura otro de los asistentes al debate, Carlos Magro, presidente de la Asociación Educación Abierta, que apuesta porque estas nuevas tutorías no recaigan en una sola persona, sino que sean una labor de equipo.

"La primera infancia y los adolescentes son los que más preocupan en términos de asistencia a la escuela"

Coral Regí

— Directora de la escuela Virolai (Barcelona)

"Si la escuela aporta algo importante a los chavales es sociabilidad, contacto con los demás, vínculos... si pierden eso se desmorona la educación, el aprendizaje, y luego el esfuerzo para volverlos a enganchar en enorme", añade Magro, que apunta que ese refuerzo de la acción tutorial es imprescindible "no solamente para los adolescentes, sino también de los niños que están en primaria".

"Me gusta escuchar esto porque pone el contexto teórico a toda una forma de hacer que algunas escuelas ya hemos intentado llevar a la práctica", enlaza Dolors Queralt, directora del instituto escuela Daniel Magrané de Jesús, un núcleo agregado de Tortosa. En su centro, relata Queralt, se ha trabajado, ya desde el confinamiento del pasado marzo, para mantener vivo ese vínculo con los alumnos y evitar que se descolgaran. "Creamos unas comisiones, llamadas de confinamiento y después reconvertidas en comisiones de reencuentro –explica la docente–. Fue a partir de cuatro ejes, que luego constituyeron nuestro plan de reapertura". Y uno de los ejes más importantes, continúa, fue la gestión emocional, un aspecto a veces descuidado en las escuelas pero que en esta pandemia es determinante, sobre todo para evitar que crezca aún más la brecha social. 

"La escuela aporta sociabilidad al alumno. Si se pierde, el aprendizaje se desmorona y es difícil reengancharlo"

Carlos Magro

— Presidenta de la Asociación Educación Abierta

La brecha digital, una inversión pendiente

"Hace falta trabajar durante toda una generación para resolver la brecha social, para solucionar los problemas de equidad que tenemos a nivel educativo y en muchos otros entornos –reflexiona Coral Regí–. En cambio, para resolver la brecha digital basta un plan estratégico de como mucho cinco años, con una cantidad de dinero factible, que permitiera que todos los alumnos tengan un ordenador y acceso a internet, algo esto último que es prácticamente un derecho universal"

Hay informes que señalan que con una inversión de 5.000 millones de euros sería posible dotar en tres años a todas las aulas españolas de la tecnología necesaria, indica Xavier Bertolín. "Ahora, con la pandemia –apostilla Carlos Magro–, nos hemos dado cuenta de que en un país como España la brecha de acceso a la tecnología es mayor de lo que nos pensábamos.. Por eso lo primero que hay que hacer es un plan de choque para que todos los alumnos tengan un dispositivo adecuado y conectividad", remacha Magro, que rercuerda que "la brecha digital reproduce la brecha de capital social tradicional, es decir familias con bajo capital cultural tienen también unas brechas de utilización de la tecnología mayores" .

"Los alumnos nos han dado una lección en esta vuelta a clase, su respuesta ha sido formidable"

Dolors Queralt

— Directora del instituto escuela Daniel Mangrané de Jesús, en Tortosa

Un necesario cambio de método

Eso sí, no se trata de realizar ahora una compra masiva de computadoras. como se hizo hace unos en toda España, "porque muchos de aquellos dispositivos quedaron infrautilizados y nunca se aprovecharon", avisa Magro. Sería necesario activar también, prosigue Xavier Bertolín, "un plan de formación en competencias y tecnología digital para los docentes y aprovechar el nuevo contexto para incorporar nuevas metodologías de gamificación, de realidad virtual, de inteligencia artificial para personalizar el aprendizaje de los alumnos".

La pandemia ha sido una oportunidad para poner en valor el uso de la tecnología "y también para que los profesores vean que es posible hacer cambios", introduce Dolors Queralt. "Lo mejor que nos puede pasar es, como dice Francesco Tonucci, que las clases no sean algo preparado de antemano, sino que haya improvisar", destaca. "Y todo eso en un contexto nada fácil, en que los docentes somos 'figuras multitarea', que rellenan decenas de aplicativos mientras ponen el termómetro a los niños", concluye Coral Regí. 

Un año complejo y con nuevas rutinas

La vuelta al cole de este año, tan atípica y sin precedentes, se ha salvado gracias al importante esfuerzo de los alumnos, las familias y los docentes, coinciden los ponentes del debate. Quien ha estado ausente, señalan, ha sido la administración. "Más allá de recomendaciones sobre geles y mascarillas, deberían de haber dado pautas más detalladas sobre asuntos clave como los currículos", objeta Xavier Bertolín.