Flaco favor a la justicia

En una dura sentencia, una jueza del Juzgado Penal número 25 de Barcelona ha absuelto a Tamara Carrasco, activista de los Comités de Defensa de la República (CDR), del delito de desórdenes públicos. Carrasco fue detenida en abril del 2018 acusada de terrorismo y rebelión, y durante más de un año la Audiencia Nacional le prohibió salir de su municipio, Viladecans. Los graves cargos sobre Carrasco fueron cayendo a lo largo del recorrido judicial, y al final ha quedado absuelta en una sentencia muy dura con la investigación policial, que la jueza califica en un momento de «poco seria». Carrasco ha sido absuelta, pero los daños sufridos durante estos dos años de investigación no van a desaparecer.

El caso de Carrasco recuerda a los detenidos por la 'operación Judas', que están en libertad a pesar de que están acusados de delitos tan graves como terrorismo. Demasiado a menudo, las investigaciones sobre políticos o activistas empiezan de forma ruidosa para acabar rebajándose o diluyéndose. Este hecho carga de razones a los discursos más victimistas y genera lamentables daños personales. Casos como el de Carrasco hacen un flaco favor a la justicia.