Dos miradas

Esperan órdenes

Trump está poniendo los cimientos para que haya una revuelta. Y cuenta con una fuerza de choque

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Josep Maria Fonalleras

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Después del primer debate de las elecciones americanas quedan claras dos o tres cosas que ya eran evidentes, pero que ahora son diáfanas. Trump es un señor muy maleducado, mucho. Un destripador, un machote. Trump está poniendo los cimientos para que haya una revuelta. Al prever un resultado negativo, avisa de que no lo aceptará y que, en ese caso, habrá consecuencias. Y, tercera, y necesaria para la revuelta anunciada, cuenta con una fuerza de choque.

No es ninguna broma. Más allá de la chulería habitual, de la constante exhibición de bíceps extremistas, el llamamiento a los Proud Boys -los orgullosos chavales de raza blanca que tienen prohibida la masturbación como señal de virilidad- es toda una declaración de guerra. "¡Estad alerta, estad a la expectativa!". No dijo exactamente eso, pero dijo mucho más que eso. Y ellos no han tardado en escucharle y en colocar alrededor del laurel dorado (estética y colores que han tomado de los polos Fred Perry) sus palabras: "Stand back; stand by: PB ". Esperan órdenes. Ya saben que alguien -y ellos están llamados a la lucha- debe detener a los izquierdistas y a los antifascistas. La distopía de Philip Roth empieza a hacerse realidad.