Tribuna

Urge la coordinación internacional para recuperar el turismo

Se puede viajar y al mismo tiempo proteger vidas siempre que se cumplan los protocolos básicos. Eso quiere decir que ya podemos actuar

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Marian Muro

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Los efectos del covid-19 en el turismo, en su sentido más amplio, están siendo demoledores. Turismo, comercio, cultura, restauración... están viviendo una pesadilla que requiere, de una vez por todas, coordinación internacional para mitigar sus efectos.

Hoy desconocemos lo que esta pandemia va a durar, si habrá vacuna o un antídoto efectivo y vivimos en un entorno de incertidumbres que no nos puede dejar paralizados, a la espera de mejores tiempos. Al inicio de la pandemia, las decisiones de los gobiernos han ido en la línea de proteger las vidas, sacrificando la economía. Tras seis meses conviviendo con el virus y con más conocimiento sobre el mismo, hemos de actuar y ejecutar todas las soluciones que permitan compatibilizar vida y economía.

Junto a las actuaciones sanitarias, tenemos que 'aprender' a coexistir con este virus, interiorizar que su existencia puede durar y ver de qué manera podemos garantizar la prevención y reimpulsar aquellos sectores  más afectados de los que dependen cientos de miles de empleos. Se trata, además de ayudar a las empresas en forma de liquidez, crear las condiciones necesarias para que la economía ruede y genere riqueza en un nuevo entorno donde las medidas preventivas permanecerán durante mucho tiempo.

Respecto al turismo, en el que la movilidad es su componente básico, los expertos aseguran que se puede viajar y al mismo tiempo proteger vidas siempre que se cumplan los protocolos básicos.

Ello implica que ya podemos actuar. Urge una coordinación internacional para salvaguardar los millones de puestos de trabajo que genera una industria como la del turismo. Protocolos comunes para restablecer, con confianza y seguridad, el tránsito de personas. Hasta la fecha la descoordinación y los intereses cruzados entre países ha sido evidente; diversidad de protocolos, mediciones, tipologías de test, recuentos, dando lugar a una situación de desconfianza total de la que España es de las que peor paradas ha salido. No hemos sido capaces de dar una respuesta global ni regional.

¿Qué medidas podríamos adoptar para  mitigar esta situación?:

1.- En primer lugar consensuar y aprobar entre todos los países mediciones y test reconocidos como válidos, aceptados globalmente.

2.- En segundo lugar debemos acordar cuándo y dónde los vamos a aplicar. Ya hay muchos países como Alemania, donde los viajeros procedentes de zonas de alto riesgo son sometidos a test. También ofrecen pruebas los aeropuertos de Tokio, Estambul y Hong Kong, entre otros. Creo que todos los países deberían exigir un test negativo a los pasajeros que lleguen a sus aeropuertos: pruebas rápidas, instantáneas en los aeropuertos de salida. Un ciudadano que viaja Londres-Barcelona-Londres, debería demostrar a su llegada que dispone de un test negativo y a su regreso a Londres, antes de partir, en el aeropuerto debería someterse a otro test que garantice que sale libre de covid. Así, controlaríamos no solo la entrada a nuestro país de personas libres de covid sino el retorno a su lugar de origen en las mismas condiciones.

3.- Es inevitable hacer referencia a la posibilidad de que los pasajeros den positivo en el aeropuerto de salida hacia su país de origen y que se deban aplicar medidas de cuarentena que requieran prolongar su estancia con unos costes añadidos. Actualmente ya existen seguros covid, que cubren esta tipología de siniestros.

4.- A partir de aquí se debería determinar quién paga los costes derivados de esta operativa; los estados, las compañías aéreas, los pasajeros... En España, con la afectación que el turismo está teniendo en la economía, entiendo que se podrán establecer los consensos necesarios para que esta cuestión no sea un problema.

5.- Lo expuesto exige liderazgo. España, como la gran perjudicada, ha de tomar la iniciativa emplazando a los diferentes países a llegar a un acuerdo que permita la reapertura. El turismo es el sector que más riqueza aporta a la economía, representando el 14,6% del PIB y 2,8 millones de empleos. Es España la que debe liderar esta apertura sin esperar que sean otros países, mucho menos dependientes del turismo como Alemania o Reino Unido, los que cojan las riendas. Liderar es un acto de responsabilidad, de deber para con todas aquellas empresas que están sufriendo, para los negocios que, de no revertirse la situación, deberán cerrar, y para todas aquellas personas que se verán sin empleo.

Creo que si las acciones expuestas fueran obligatorias, consensuadas y coordinadas globalmente, se daría paso a abrir los viajes intercontinentales, y se reducirían algunas de las restricciones y cuarentenas impuestas. Una modesta reanudación de los viajes puede tener enormes beneficios económicos y generar empleo; proporcionando un nuevo impulso en un sector que contribuye al PIB de la economía de manera muy transversal y que actúa como polo de atracción de talento.

*Directora General de Turisme de Barcelona

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