Opinión | Editorial

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Terrazas más allá del verano

Flexibilizar la instalación de mesas al aire libre alivia a la restauración y ofrece más seguridad; a cambio, debe exigirse civismo

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El coronavirus ha producido una sacudida humana, social y económica incuestionable. Las rutinas y las expectativas se han visto alteradas. Algunas palabras han tomado nuevos sentidos y algunas se han librado de discusiones. Al menos, durante un tiempo. Las terrazas de bares y restaurantes de Barcelona son uno de esos territorios en que se ha producido este súbito cambio de punto de vista. Defendidas o denostadas con similar contundencia antes de la pandemia, hoy nadie cuestiona su necesidad.

Terrazas para ayudar a los establecimientos a superar el trance de meses con la persiana bajada y tratar de sobrellevar esta nueva normalidad que incide gravemente en su cuenta de resultados. Terrazas para combatir una tasa de paro indigerible. Y, también, terrazas para que los ciudadanos puedan relacionarse con mayor seguridad, dada la menor posibilidad de contagio al aire libre.

El Ayuntamiento de Barcelona ha extendido la ampliación temporal de terrazas hasta el 31 de diciembre de 2021, un año más de su intención inicial. La medida pretende facilitar la recuperación económica de un sector especialmente afectado. Se permite la ampliación de terrazas existentes o la creación de nuevas siempre que sigan unos criterios definidos de ubicación, distancia y respeto de las normativas vigentes. Es importante señalar que el espacio ganado para los establecimientos no es a costa de la movilidad del transeúnte, sino que es asfalto quitado a la calzada. En ningún caso se ven afectados el carril bici o el de transporte público. Tampoco el acceso a parkings o a equipamientos.

Desde el 23 de mayo hasta la actualidad se han registrado 4.878 peticiones de ampliación y todas han sido revisadas por un equipo de 72 personas creado especialmente para agilizar el trámite. De las solicitudes ya resueltas, dos de cada tres se han autorizado. Las que han sido rechazadas, pueden remitir solicitudes hasta el 24 de julio. Es este 35% de denegadas el que preocupa al Gremi de Restauració de Barcelona. Si bien la entidad ha celebrado la extensión de la excepcionalidad hasta el 2021, ha puesto en marcha un proceso de revisión de las solicitudes denegadas para solucionar posibles errores durante la tramitación.

La recuperación va a ser dura y se va a alargar en el tiempo, por ello cobran especial importancia todas aquellas medidas que surgen del consenso y que miran por el bien del conjunto de la sociedad. No es el momento de posturas esencialistas y petrificadas; ahora se precisa flexibilidad y unidad de esfuerzos. Apoyar a la economía local es una prioridad. Pero también lo es que las medidas transitorias no vayan en detrimento del descanso de los vecinos. Para ello cabe apelar a la responsabilidad de los establecimientos, y aún más de los clientes. Demasiado a menudo, los horarios de cierre de las terrazas no son respetados, convirtiéndose en la pesadilla de aquellos que no pueden conciliar el sueño. En esta época de excepción, la conciliación de intereses debe ser objetivo de todos.