Dos miradas

No es ajeno

El Tribunal Supremo de EEUU ha dictaminado que la ley federal que prohíbe los despidos discriminatorios también incluye la orientación sexual y la identidad de género

Manifestación del Orgullo LGTB frente al Ayuntamiento de Madrid

Manifestación del Orgullo LGTB frente al Ayuntamiento de Madrid / periodico

Emma Riverola

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Aimee Stephens se presentó ante el Tribunal Supremo de EEUU vestida con blusa blanca y americana y falda negras. Habría sido su uniforme si la funeraria donde trabajó durante seis años no la hubiera despedido al recibir su carta: “Tengo la intención de someterme a una cirugía de reasignación de sexo. El primer paso que debo tomar es vivir y trabajar como mujer durante un año”. Entre las letras de esa carta había una vida de sufrimiento y (auto)engaño. Años antes, su mujer la había encontrado con una pistola en la mano, decidida a acabar con un cuerpo que no le pertenecía. Juntas, encontraron las fuerzas.

Este lunes, el Tribunal Supremo ha dictaminado que la ley federal que prohíbe los despidos discriminatorios también incluye la orientación sexual y la identidad de género. Stephens no podrá celebrarlo, murió víctima de una enfermedad que se agravó al quedar sin cobertura médica cuando fue despedida. Su victoria es un triunfo para tantas personas atrapadas en un cuerpo que no sienten propio. Su muerte prematura es el triste recordatorio del desprecio al diferente. Demasiado dolor para considerarlo ajeno.

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