EN CLAVE EUROPEA

La OTAN ante el nuevo entorno mundial

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este lunes.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este lunes. / periodico

Eliseo Oliveras

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Los retos que deben afrontar esta década los 30 miembros de la OTAN "son mayores de lo que cualquier país puede abordar solo, ni Europa sola, ni Estados Unidos solos", señaló esta semana su secretario general, JensStoltenberg, al presentar su visión para reformar la Alianza. La OTAN ha iniciado una reflexión para reforzar su dimensión política y la coordinación entre los países a raíz de las críticas del presidente francés, Emmanuel Macron, por la actuación unilateral del presidente norteamericano, Donald Trump. Stoltenberg dirige la reflexión con un grupo de expertos, entre los que figuran HubertVédrine (exministro de Exteriores francés), Thomas de Maizière (exministro de Defensa alemán), WessMitchel (exsubsecretario de Estado norteamericano) y John Bew (historiador y asesor del premier británico, Boris Johnson).

La pandemia ha magnificado las existentes tendencias y tensiones mundiales, con conflictos sin resolver en Europa, Oriente Medio, Asia y África y con grupos yihadistas muy activos, destacó Stoltenberg. A los problemas de seguridad, añadió,se han sumado una carrera por la supremacía económica y tecnológica y una competencia sobre el modelo político: democracia liberal frente autoritarismo.

El ascenso de China, que "pronto será la primera economía mundial", representa un cambio fundamental en el equilibrio de poder mundial, indicó Stoltenberg. "La OTAN no considera a China como un enemigo o adversario", aseguró Stoltenberg, pero debe abordar el impacto en la seguridad aliada de la modernización militar china, sus avances en tecnología punta, sus inversiones en infraestructuras clave en los países de la OTAN, su estrecha colaboración con Rusia, sus campaña de desinformación y su presencia en el Ártico, en África…

Más unidad política

Frente a estos retos, Stoltenberg aboga por una OTAN con mejor capacidad militar, más unida políticamente, con un enfoque más amplio a nivel mundial y donde la seguridad incluya también el control de infraestructuras, industrias y suministros claves.

Pero el comportamiento del principal miembro de la OTAN, EEUU, socava estos planes, ya que Trump fomenta con su política la división entre los aliados y compromete la seguridad de Europa al retirarse de acuerdos esenciales del fin de la Guerra Fría, como hizo con el Tratado de Misiles Nucleares de Alcance Medio y ahora con el Tratado de Cielos Abiertos. Molesto con Alemania, Trump acaba de anunciar la retirada del 28% de las fuerzas norteamericanas estacionadas en el país, lo que debilita a la OTAN y supone un regalo para Rusia, señalan el exembajador norteamericano en la OTAN, Nicholas Burns, y el excomandante supremo de las fuerzas de EEUU en Europa, el general Frederick Hodges.

Pese a las quejas de Trump de que los europeos se benefician "de gorra" de la seguridad que les proporciona EEUU sin gastar suficiente en defensa, un estudio del International Institute for Strategic Studies (IISS) mostró que Washington gasta sólo el 5% de su presupuesto militar en la defensa de Europa: 30.700 millones de dólares en el 2017, un cifra casi ocho veces inferior a los 239.080 millones de dólares del gasto global de los aliados europeos.

El peso de China

La debilidad política y militar de la Unión Europea (UE) impide a Europa asumir un mayor liderazgo en la OTAN ante el repliegue de Trump. Stoltenberg subrayó que la UE tampoco puede reemplazar a la OTAN y recordó que casi el 60% de la población de los países aliados vive en un estado que no pertenece a la UE. Los países de la OTAN que no están en la UE también suman más del 31% de la economía mundial frente al 18,5% de la UE, según Eurostat.

La estrategia a adoptar hacia China y Rusia divide asimismo a la OTAN. Mientras Washington desarrolla una política de creciente confrontación con Pekín, los europeos descartan embarcarse en una guerra fría con China. Mientras Alemania y Francia defienden recuperar autonomía económica y tecnológica frente a China, Italia, Grecia y los aliados del Este y balcánicos se muestran receptivos hacia Pekín por sus inversiones y su asociación política con China (17+1).

Respecto a Rusia, Francia aboga por recuperar una coexistencia menos conflictiva debido a la interdependencia económica y al imperativo geográfico de que seguirá siendo fronteriza con la OTAN. Polonia y los bálticos defienden máxima firmeza, EEUU mantiene actitudes contradictorias y Turquía adquiere sistemas de defensa rusos. Además, la tolerada deriva autoritaria de Turquía, Hungría y Polonia daña la imagen de la OTAN como defensora de la democracia.

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