DOS MIRADAS

Querellas contra Simón

Las decisiones eran complejas y se tomaron con la ayuda de expertos, cabe recordarlo para situar las acusaciones en el frente político

El director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, durante la rueda de prensa diaria sobre el coronavirus, el 8 de junio en la Moncloa

El director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, durante la rueda de prensa diaria sobre el coronavirus, el 8 de junio en la Moncloa / periodico

Emma Riverola

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Acribillado a querellas, así está Fernando Simón. Entre ellas, la de Jupol, el sindicato mayoritario de policías que tiene el apoyo de Vox. Como en la mayoría de los países, el Gobierno central y los autonómicos (que tenían competencias antes del estado de alarma, y siguieron teniéndolas una vez decretado) pudieron haber afrontado mejor la pandemia. Algunos de los fallos que precipitaron el desastre ya se conocen: un debilitado sistema sanitario y la atención precarizada a los mayores. También un retraso letal en la compra de material de protección. La UE no supo crear una red de colaboración. Y la OMS minimizó la crisis.

Las decisiones eran complejas y se tomaron con la ayuda de expertos. ¿Es esto una excusa? No. Pero cabe recordarlo para situar a las querellas contra Simón en el frente político, que es donde están. En ese lodazal que cierta derecha ha creado. Tanto para intentar hundir al Gobierno de Pedro Sánchez como para cubrir sus vergüenzas. La estrategia no es nueva. Asquea a buena parte de la ciudadanía. Y el asco lleva a la desafección, que siempre acaba beneficiando a la derecha. Nada es casual.

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