ANÁLISIS

Las risas enlatadas de Tebas

Una imagen del Camp Nou vacio.

Una imagen del Camp Nou vacio. / periodico

Sònia Gelmà

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La serie Friends no sería Friends sin sus risas enlatadas. El recurso de reforzar el chiste ha caído en desuso. Personalmente no necesito que me marquen cuando tengo que reír y con qué intensidad, pero las risas acompañaban aquel espectáculo como los aplausos y los abucheos de la afición forman parte del fútbol.

Este jueves vuelve la Liga, algo que resultaba increíble hace tan solo mes y medio. Eso es mérito de Tebas, aunque esta nueva normalidad, eufemismo de vida social restringida, no permite que vuelva todo el espectáculo. Vista la Bundesliga, ya podemos confirmar lo que intuíamos, que el fútbol sin espectadores es un fútbol a medias. Un fútbol con gradas vacías es menos fútbol.

Vista la Bundesliga ya podemos confirmar lo que intuíamos, que el fútbol sin espectadores es un fútbol a medias

Pero es lo que hay y a partir de este fin de semana tocará decidir si queremos la verdad, si queremos ver lo que realmente pasa, o preferimos la versión edulcorada que ha preparado la Liga para aquellos que no puedan asumir esa nueva normalidad.

El espectador podrá elegir el sonido de un público recuperado de un videojuego y una imagen virtual que disimulará el cemento de las graderías. Esa es la versión que se pondrá Javier Tebas en su casa, sus risas enlatadas.

A propósito de los decibelios

Tebas siempre piensa en el negocio, es su trabajo. Y no descarten que, si la fórmula le funciona, pase a prescindir directamente del público. Nunca ha estado especialmente preocupado porque sus preciados partidos de los lunes puedan tener poca o mucha afición. Pero si ahora le funciona el invento, vaya usted a saber si dopará sus transmisiones con más decibelios de los que suenen realmente.

La realidad no es lo que hay en el campo sino la que se vive a través de la televisión

Soy malpensada y desconfío de Tebas. Desconfío porque le parecía de justicia que todos los equipos tuvieran las mismas condiciones de entrenamiento, por un principio de igualdad, pero no ve tanta diferencia entre que el Celta pueda jugar en casa con público y el Espanyol intente salvar la categoría en soledad. Y sí, el presidente de la Liga me podrá sacar los resultados del Espanyol en casa, pero los pericos tienen derecho a creer que pueden salvarse con el empuje de su gente.

Juguete virtual

Desconfío de Tebas por norma. Porque si no le importaba que un equipo perdiera la condición de local, con tal de expandir su marca en Miami, menos le tiene que molestar ahora que unos jueguen con público y otros no. Porque para los de las gradas vacías, ya tiene su juguete virtual.

No se olviden de que en su momento amenazó con sancionar a los clubes que no llenaran la grada que enfocaba la televisión. Si el resto del campo estaba vacío, porque el partido se juega un lunes a las 10 de la noche, es lo de menos. Porque la realidad no es la que hay en el campo, sino la que se vive a través de la tele. Su gran negocio, su gallina de los huevos de oro.