Análisis

Diez propuestas de mejora para el Sistema Nacional de Salud

La situación actual ha alineado a los diferentes actores alrededor de un mismo propósito colectivo: reforzar el sistema sanitario público

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Manel del Castillo

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El Sistema Nacional de Salud español es reconocido internacionalmente por sus buenos resultados: cobertura universal, coste unitario bajo e indicadores de salud satisfactorios. Durante la crisis de la covid-19 ha demostrado una notable capacidad de respuesta, llevado a cabo transformaciones, como triplicar el número de camas de críticos, en un tiempo récord. Esta respuesta ha sido posible gracias a que se ha trabajado en condiciones de excepcionalidad, incorporando, aunque de forma transitoria, reformas largamente esperadas como la mejora de la financiación, una mayor flexibilidad de gestión de los centros que han podido trabajar, bajo el estado de alerta, sin las rigideces del sistema administrativo y una mayor autonomía profesional e integración asistencial. 

A pesar de esta aparente buena repuesta, debemos recordar que la situación de excepcionalidad desaparecerá cuando decaiga el estado de alerta, y volveremos a encontrarnos con los retos estructurales pendientes como la rigidez del modelo de gestión, la desincentivación de los profesionales o el crecimiento del coste de las nuevas terapias. Mientras que los países de nuestro entorno han ido abordando estos retos incorporando reformas permanentemente, España se encuentra en una situación de parálisis desde hace años. Ahora más que nunca son imprescindibles reformas tanto para hacer frente a los mencionados retos como para prepararnos para posibles rebrotes de la pandemia. Se presenta a continuación un decálogo de propuestas 

A nivel macro

1.- Pacto para la mejora de la financiación. El gasto público español en sanidad es de un 6,2% del PIB, inferior al de países como Alemania, 9,5% o Francia, 9,3%. Tenemos que alcanzar niveles de gasto similares a los países de nuestro entorno y un pacto de crecimiento interanual igual o superior al incremento del PIB. Se debería valorar la introducción de una tasa sanitaria finalista que mejore la transparencia y la corresponsabilización ciudadana con el gasto.

2.- Agencia de evaluación de resultados y tecnologías sanitarias. Durante la pandemia se ha puesto de manifiesto la urgencia de disponer una agencia de carácter federal que fomente la transparencia y la comparación de resultados entre comunidades autónomas y permita elaborar informes de evaluación vinculantes para la introducción de nuevas terapias de alto coste.

3.- Políticas para disminuir las desigualdades en salud. Una parte importante de los determinantes de la salud están relacionados con las desigualdades sociales. Es necesario reforzar las intervenciones interdepartamentales para intentar neutralizar el impacto de los efectos sociales en la salud, especialmente los derivados de la pandemia. 

A nivel meso

4.- Integración de los servicios sanitarios y sociales. La crisis covid ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor integración social y sanitaria. La atención a los mayores debe hacerse a través de equipos que realicen planes de intervención sanitarios y sociales conjuntos, potenciando el cuidado en el domicilio siempre que sea posible.

5.- Modelo de gestión pública moderna. A diferencia de los países de nuestro entorno, los centros sanitarios en España no tienen personalidad jurídica propia y se gestionen dentro del ámbito burocrático de la administración. Numerosos estudios demuestran que hay una asociación entre autonomía de gestión de los centros y mejores resultados en salud. Es necesario dotar a las instituciones sanitarias de órganos de dirección profesionalizados y mayor flexibilidad en la gestión y en las políticas de RRHH.

6.- Sistema de financiación de los centros basado en los resultados asistenciales, que generen incentivos a la aportación de valor real para el ciudadano. 

A nivel micro

7.- Atención a la cronicidad basada en planes integrales de intervención llevados a cabo por equipos multidisciplinares

8.- Autonomía y reconocimiento de los profesionales, buscando un modelo de relación laboral más flexible y una equiparación retributiva con otros países europeos, basada en resultados de salud. Desburocratización de las consultas, introduciendo nuevos roles profesionales y la práctica avanzada de enfermería.

9.- Transformación digital del sistema. Extender el uso de las consultas no presenciales y de otras tecnologías que permitan la monitorización a distancia, el soporte a la atención domiciliaria y el autocuidado.

10.- Incorporar la voz del paciente en cada una de las medidas planteadas anteriormente para garantizar una respuesta a las demandas reales de la ciudadanía. 

El 'momentum' actual ha alineado a los diferentes actores alrededor de un mismo propósito colectivo: reforzar el sistema sanitario público. No podemos dejar escapar esta oportunidad para poner en marcha un proceso de reformas, desde hace años pendientes, que nos permitan reforzar el sistema y prepararlo para afrontar con solidez los retos de futuro. 

*Director gerente Hospital Sant Joan de Deu Barcelona. Vicepresidente de la Societat Catalana de Gestió Sanitària.

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