Al contrataque

Sánchez y su gorra de plato

El presidente ganó su votación pero ahora debe organizar de una vez la cogobernanza, que esto es España y no un Estado centralista como la mayoría de los demás

Sánchez, durante su intervención

Sánchez, durante su intervención / periodico

Antonio Franco

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Supongo que Pedro Sánchez sabe que probablemente ha conseguido su última prórroga del estado de alarma. Los gestos de responsabilidad no partidista de Inés Arrimadas no van a repetirse cada quince días. Si Pablo Casado puede ganarle una votación desencadenará las consecuencias imprevisibles de cargarse en seco el desconfinamiento gradual coordinado desde Sanidad. Como máximo Sánchez puede esperar otro perdón de Urkullu, que aunque no esté por el ¡viva España! siempre evita decisiones que puedan acabar perjudicando a los vascos.

Sánchez ganó su votación pero ahora debe organizar de una puñetera vez la cogobernanza, que esto es España y no un Estado centralista como la mayoría de los demás.  O toma en serio lo del modelo autonómico o se equivoca de país. Debe coordinar un poder descentralizado, ser garante de que se respete la ley y en todo caso decir la última palabra y decidir cuando no haya consensos, no decidir él y luego para salvar las formas buscando que los demás le secunden. El espíritu de lo que echó a Mariano Rajoy y su recentralización era precisamente eso (junto a finalizar el austericidio, anteponer la gente a los bancos en las crisis, y cortar la corrupción).

¿Conoce el síndrome de la gorra de plato? Se la pones a una persona normal e inmediatamente pierde racionalidad, adopta formas tajantes, toma decisiones sin escuchar a los demás, sustituye por "yo" el "nosotros"... Eso vale para la gorra de un capitán general y para la de un aparcacoches. Sánchez necesita quitarse la que se pone a ratos. En lo del covid eso equivaldría a incorporar al grupo de mando a algún representante autonómico, a emitir órdenes generales esenciales para que las interpreten y apliquen los poderes descentralizados, y solo intervenir directamente cuando se haga mal. Lo contrario es, insisto, equivocarse de país. España es muy difícil, es verdad, pero es lo que es, y Franco la asfixió pero no la cambió. Y la España que quiere que le manden con gorra de plato no es la que llevó a Sánchez a la Moncloa.