Al contrataque

Estado de alarma

Además de la soberbia que implica esperar un apoyo gratis, el Gobierno sufre un desgaste gratuito por anunciar iniciativas sin hablarlas con nadie

Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez. / periodico

Cristina Pardo

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Hay estos días entre los ciudadanos un estado de alarma diferente al que se vota este miércoles en el Congreso, ese que nos mantiene confinados. Es el estado al que nos llevan nuestros políticos con su incapacidad de acordar algo útil para la sociedad. Unos, por el orgullo que les impide levantar el teléfono y hablar, hablar, hablar hasta pactar. No hay nadie ajeno al Gobierno que aprecie estos días el esfuerzo de diálogo por parte de Pedro Sánchez del que se jactan en la Moncloa. La crítica es unánime por parte de la oposición, los presidentes autonómicos o los agentes sociales. Nadie les consulta nada. De esta manera, además de la soberbia que implica esperar un apoyo gratis, el Gobierno sufre un desgaste gratuito por anunciar iniciativas sin hablarlas con nadie. Porque después, una vez recibidas las sugerencias, cambia el paso multiplicando la confusión de todos.

Además, es sorprendente que el PSOE cargue sobre el PP la responsabilidad de mantener el estado de alarma alegando que si no, ellos serán los culpables de “miles de muertos”, según Pablo Echenique. Echarse los muertos a la cabeza es lo último, de verdad, aunque sea una tradición muy arraigada entre nuestra clase política. ¿Por qué la presión sobre sus socios de investidura, que ahora también se alejan de Sánchez, no es igual de fuerte? Para mí, es incomprensible, salvo que el presidente esté admitiendo que no son de fiar.

Por lo que se refiere al Partido Popular, yo ya estoy tentada de tirar la toalla en lo que se refiere a entender a Pablo Casado. Siempre parece estar contando los votos que le dará tal o cual estrategia. Nunca explica con precisión en qué consiste su plan. No da ninguna sensación de alternativa seria de gobierno ni se le recordará, frente por ejemplo a Martínez-Almeida, por haber aportado nada importante en esta pandemia. Y qué decir de las fotos en urinarios para rememorar a las víctimas. En todo caso, esto es lo que hay. Y con estos mimbres, estas personas deben sacarnos del pozo en el que estamos. ¿Podrían ser serios y hablar hasta pactar algo bueno para todos?