Por amor al ante

La última película del muy peculiar cineasta francés Quentin Dupieux (París, 1974) se ha estrenado directamente por televisión a causa de la epidemia vírica que todos estamos padeciendo. Se titula 'Le daim' (El ante), pero aquí ha sido rebautizada como 'La chaqueta de piel de ciervo', y es una de las cosas más raras que uno haya visto últimamente, una comedia negra a medio camino entre Louis de Funes y la última etapa francesa de Luis Buñuel ('El discreto encanto de la burguesía' o 'El fantasma de la libertad').

Todavía no sé si me ha gustado, aunque me viene constantemente a la cabeza desde que la vi hace unos días, pero es innegable que no me ha dejado indiferente. La protagoniza el gran Jean Dujardin en uno de esos papeles de imbécil inconsciente de serlo que suele bordar, ya se trate del agente OSS117, del alter ego de Frederic Beigbeder o de un actor del cine mudo.

En este caso, Dujardin interpreta a un merluzo cuya mujer le acaba de abandonar y que es capaz de recorrer media Francia para comprar por un precio disparatado una chaqueta de ante con flecos que, además de ser espantosa, le queda pequeña. Se le ha metido en la cabeza que esa chaqueta dotará a su absurda existencia de una cierta lógica, pero la obsesión por la prenda -que completa con un sombrero, unas botas y unos pantalones también de ante- lo acabará conduciendo a la catástrofe en menos de una hora y media (las películas del señor Dupieux son muy cortas).

Fascinado, divertido y horrorizado

Fascinado, divertido y horrorizado por 'Le daim', tuve que recurrir al archivo de Movistar para encontrar su anterior obra, 'Au poste!' (Bajo arresto), en la misma línea delirante (todo transcurre en una noche en una comisaría, durante un interrogatorio desquiciado a un supuesto criminal que asegura ser inocente), pero protagonizada por Benoit Poelvoorde, tronchante actor belga al que descubrimos hace años en 'C'est arrivé prés de chez vous' (Sucedió cerca de su casa), falso documental sobre las andanzas de un asesino en serie atiborrado de mejillones con patatas fritas.

Creo que el señor Dupieux es el cineasta más extraño de Europa y del mundo, pero no pienso parar hasta localizar sus otros cinco largometrajes. Renuncio, de momento, a profundizar en su faceta musical bajo el alias de Mr. Oizo (pronúnciese Monsieur Oiseau; osea, Señor Pájaro), pero parece que se forró en 1999 con su tema tecno 'Flatbeat'.