Libros en confinamiento

Primera necesidad

Comprad libros para que no se hunda todo, pero disfrutad de ellos cuando no se haya hundido

Estanterías llenas en la La Casa del Libro de Barcelona, a finales de enero

Estanterías llenas en la La Casa del Libro de Barcelona, a finales de enero / periodico

Josep Maria Fonalleras

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Un comunicado de Cultura hablaba de la "venta en línea" que debía permitir "que el lector pueda recibir su libro en casa". Después, un tuit oficial definía los libros como "bien de primera necesidad" y añadía que "por Sant Jordi nos los llevarán a casa".

Enseguida saltaron varios libreros que se quejaban de la insensatez del anuncio, sobre todo cuando muchas librerías han optado por ofrecer ventas virtuales. Compras el libro, lo pagas y, cuando puedas, lo irás a recoger a la librería que hayas elegido. O incluso lo puedes regalar a través del correo electrónico.

Campaña editorial

Al cabo de unos días, la 'consellera' Meritxell Budó pidió que no se hicieran envíos. Las editoriales, las pequeñas, han promovido una campaña para que "en el mundo exterior los libros sobrevivan" y han optado por que sean los lectores quienes piensen "el sistema de compra que quieren defender en tiempos de epidemia", eso sí, con una voluntad implícita de apostar por la venta inmediata, pero la lectura dilatada

Es decir, comprad libros para que no se hunda todo, pero disfrutad de ellos cuando no se haya hundido. La primera necesidad de este bien es procurar que en el futuro todavía exista. Que existan bienes y necesidades.