Europa, punto de set, no de partido

Le ha costado al Eurogrupo alcanzar un acuerdo para paliar los efectos del <strong>coronavirus</strong> con una triple red de seguridad por un importe de medio billón de euros. Es poco comparado con los más de dos billones de dólares de potencia de fuego que ha puesto en marcha EEUU, pero mucho más que nada teniendo en cuenta el desacuerdo del que se partía.

La primera pata del pacto es una línea de crédito a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad o fondo de rescate (MEDE) por 240.000 millones de euros. A diferencia de la crisis que estalló en el 2008, en esta ocasión, los países que recurran al mismo no deberán someterse al juicio de los odiados 'hombres de negro' como contrapartida. El segundo pilar es el fondo de garantías del Banco Europeo de Inversiones (BEI) de 200.000 millones a partir de los avales de los estados miembros para apoyar a las pymes.

Y el tercero, el nuevo fondo de reaseguro de empleo SURE, propuesto por la Comisión Europea para financiar los ertes con un montante de 100.000 millones a partir de garantías que tendrán que poner los estados miembros.

No es exactamente lo que querían unos y otros, pero quizá el riesgo de que estallara por los aires el proyecto europeo ha facilitado el pacto.  Ni los más furibundamente ortodoxos como Holanda; ni los que apostaban, como España o Italia, por la mutualización de la deuda -coronabonos- han logrado lo que querían. Es lo que sucede en las negociaciones al límite que se llevan a cabo en Europa. Pero a la vez se dejan aristas a las que se pueden agarrar unos y otros. Otro rasgo europeo.

Se trata del plan de recuperación y reconstrucción al que se han comprometido, aunque no lo concretaron. Serán los jefes de Estado y/ o gobierno en el próximo Consejo Europeo del 23 de abril los que los que lo discutan. Es posible que, como hicieron en la reunión pasado, cuando se trataba de buscar soluciones financieras a escala europea y que ha tenido que cocinarse a fuego lento hasta el acuerdo del Eurogrupo, se limiten a poner de manifiesto sus discrepancias, sin soluciones inmediatas.      

No todos los países del club comunitario parecen tener claro lo extraordinario de la situación. Quizás porque no les afecta tanto la pandemia como a otros socios o porque recelan de lo vecinos del sur puedan hacer con el dinero prestado. Pero confiemos en que en algún momento verán que no estamos ante una crisis de origen financiero sino sanitario y que puede desembocar en otra económica y social, que no sabe de fronteras. No soy experto en tenis pero creo que tras este primer paso del Eurogrupo quienes creen en el proyecto europeo han logrado un punto de set, pero no todavía de partido.