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El miedo supera a los estados

La fuerte acción de los bancos centrales para la caída de los mercados, que siguen pendientes de la evolución del virus

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zentauroepp52926784 opinio leonard beard 24 0372020 economia200325220815 / LEONARD BEARD

Joan Tapia

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Que las medidas para combatir el coronavirus, como el aislamiento de la población, iban a tener serios efectos económicos era sabido. El martes el índice PMI de la eurozona -un indicador puntual y fiable- confirmó la gravedad de la disrupción. Un dato por encima de 50 indica que la economía va bien. Por el contrario, si es inferior, señal de alarma. Y el 'flash' anticipado de marzo del PMI de la eurozona ha tenido una escalofriante caída: hasta 31,4 frente al 51,6 de febrero.

El PMI de marzo explica lo ocurrido en las últimas cuatro semanas en las que las bolsas del mundo han sufrido un desplome de casi la tercera parte de su valor. También justifica que los gobiernos y los bancos centrales de todo el mundo hayan tomado medidas sin precedentes de sostén de la actividad, de las empresas y de las familias afectadas por el paro o de los ERTE o similares. El PMI apunta al peor comportamiento del empleo desde julio del 2009. Por eso Alemania ha enterrado la ortodoxia del déficit cero y el lunes presentó un programa decididamente keynesiano, más gasto público para mantener la actividad. Y el liberal ministro francés de Economía, Bruno le Maire, dijo que no descarta nacionalizar empresas si es preciso para impedir su desaparición. 

En este campo lo último ha sido el acuerdo ayer en Norteamérica entre Trump y sus enemigos demócratas para inyectar a la economía dos billones de dólares destinados a ayudar a las empresas (50.000 millones para las líneas aéreas) y a las familias con el envío de cheques (se habla de unos 1.300 dólares a cada ciudadano). El pacto político y todavía más su dimensión económica -el mayor plan de este tipo aprobado nunca en Estados Unidos- era del todo impensable hace solo quince días. Se vuelve a confirmar que América tarda, pero que cuando reacciona lo hace a lo grande.

Tanto o más importante es la actitud de los bancos centrales. El BCE se ha comprometido este año a compras de un billón de euros de bonos de los estados para sostener la actividad y no dejar sin demanda las emisiones de los estados en situación comprometida como, la semana pasada, Italia. La UE es lenta en su reacción porque no es un Estado, pero su único órgano supranacional, el BCE, -tras alguna duda- ha acabado saliendo en defensa de sus estados miembros con tanta decisión como Mario Draghi en el 2012. Y la Reserva Federal americana ha ido aún más lejos al anunciar compras ilimitadas de bonos e incluso pagares de empresas.  

Pero los mercados siguen intranquilos. El martes hubo un fuerte rebote, ayer la tendencia se moderó. No se hunden gracias a la acción de los estados y los bancos centrales, pero hay miedo por el número de infectados y muertos por el virus que aumentan sin piedad. En Italia y España ya hay más muertos que los que hubo (oficialmente) en China. Y la India acaba de decidir confinar (casi imposible) a su población. Sin buenas noticias del frente sanitario (donde hay más descoordinación que en la economía), los mercados seguirán temerosos y la economía no se estabilizará.