Del 'asunto Dreyfus' al 'caso Polanski'

Varios principios elementales de la justicia fueron conculcados por patriotismo reaccionario en el 'asunto Dreyfus' y son igualmente pisoteados por los que, con sus airadas protestas, no solo han linchado moralmente al director polaco Roman Polanski, sino que han llevado al Consejo de Administración de la Académie des Arts et Techniques du Cinéma a dimitir en bloque en vísperas de la gran noche de los César. Cierto que el funcionamiento de la Académie había sido cuestionado, pero las doce nominaciones a la película 'El oficial y el espía', dirigida por Polanski, y las llamadas escandalizadas a la movilización activa de colectivos feministas han estallado como una bomba que ha hecho y hará saltar muchas cosas por los aires.

"No son juicios morales, es justicia", afirma el manifiesto. "Doce nominaciones como doce son las mujeres que lo acusan de violaciones pedófilas y criminales". Ahora, las acusaciones bastan para que la sociedad tenga que hacer justicia y desterrar no al presunto criminal condenado sin juicio sino al artista. Precisamente porque el feminismo es justo la cuestión es de una extrema delicadeza, porque las causas justas deberían vigilar mucho más que las demás a la hora de cometer injusticias. En nombre del patriotismo francés, hace un siglo intocable y sagrado, se negaba a Dreyfus, inocente condenado por traición, el derecho a una revisión de su juicio-farsa.

Indignación feminista en Francia por las 12 nominaciones a los César de Polanski

Si Polanski fuera en efecto un culpable condenado por los tribunales y cumpliera condena por violador, la valoración de su obra debería quedar al margen de sus crímenes. Este es también un principio universal, que va de Caravaggio a Jean Genet. Genet comenzó a escribir en la cárcel mientras cumplía cadena perpetua. Sartre, Cocteau y Picasso pidieron el indulto, que le fue concedido al poco gracias a su talento artístico. El primer Lliure le representó 'Las criadas', y no hace mucho también La Seca. Es decir que un criminal Genet recibió el Grand Prix des Lettres Françaises, pero el acusado, el sospechoso Polanski no puede recibir el César por su obra aunque se lo merezca.