Tecnología

Nuevas brechas digitales que superar

La aceleración de digitalización hace aparecer nuevas brechas digitales o consecuencias de estas, como por ejemplo, personas que carecen de competencias digitales van a ser no empleables

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Lourdes Muñoz Santamaria

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El abordaje de las nuevas brechas digitales es uno de los retos centrales de cualquier gobierno. La sociedad está sufriendo transformaciones a gran velocidad que hacen aparecer nuevas brechas: las digitales y las sociales derivadas de la digitalización, o no, de empresas, gobiernos o personas.

Diversos estudios recogen que la brecha digital tiene tres aspectos: acceso, uso y apropiación social de las tecnologías digitales.  

La apropiación de las TIC es realmente transformadora. La brecha en la apropiación se relaciona con el uso significativo de las TIC, en el que se ejerce un grado de control y elección sobre la tecnología además de los contenidos. Implica decidir y conocer cómo aplicar las tecnologías en algún ámbito de la vida: educación, relaciones sociales, oportunidades laborales, competitividad o generación de negocio.   

La aceleración de digitalización hace aparecer nuevas brechas digitales o consecuencias de estas: personas que carecen de competencias digitales van a ser no empleables; la brecha digital de género que excluye a las mujeres del sector digital; empresas sin transformación digital para poder competir; así como la brecha de conocer cómo usar las redes en procesos políticos. Y en el ámbito económico, la brecha entre pequeñas empresas que apenas han digitalizado sus procesos frente a empresas en red. 

La segunda brecha digital de género es que se está excluyendo de forma sistemática a las mujeres de los equipos que crean tecnologías. Tan solo hay un 8% de mujeres que ocupan posiciones TIC en Catalunya.

Contrastan grandes urbes con concentración de conocimiento e innovación, frente a zonas vacías de las tecnologías avanzadas. Comparemos Barcelona -polo de atracción para empresas y talento digital- con la mayoría de ciudades medias que distan mucho de disponer de un ecosistema facilitador de la transformación digital que cualquier pequeña empresa o profesional necesita.

Tecnología para la equidad social

Brecha por usar la red como espacio para ejercer la libertad frente a quienes sufren manipulación por el uso de las mismas redes. En paralelo, existen proyectos creados por quienes tienen capacidad de crear comunicación de redes digitales y movimientos en red con capacidad de influir y quienes no disponen de recursos para contrastar la información ante las 'fake news'

Por último, la desconfianza en la tecnología frente a un uso consciente con un conocimiento de las tecnologías. Según un reciente estudio de la Fundación para la Innovación Cotec, a la pregunta "¿La innovación es algo positivo o negativo?", la mayoría de las respuestas, un 73%, son positivas, pero la confianza en la transición digital ha caído 16 puntos en dos años. Además, es muy desigual según el nivel de estudios. Entre las personas sin estudios, la desconfianza en la revolución tecnológica ha aumentado un 32%, mientras que en doctorados, empresariado y otros profesionales, solo lo hace un 8%. Esta es la peor de todas las brechas, porque la desconfianza provoca que las personas u organizaciones con menos conocimientos y educación se mantengan expectantes o no usen ciertas tecnologías, ni mucho menos que se apropien de estas. Además, coincide con quienes disponen de menos recursos para afrontar los cambios vertiginosos que se presentan. Estas personas, si no usan las TIC, no van a adquirir competencias digitales que serán imprescindibles para acceder a cualquier empleo. Este bucle de falta de conexión digital retroalimenta la escasez de oportunidades profesionales.

Reducir la brechas digitales y sus derivadas es uno de los retos centrales de cualquier gobierno que quiera generar un mínimo de equidad social, especialmente en un momento de desconfianza que aún puede alejar más a los grupos sociales más vulnerables de las oportunidades de las tecnologías digitales.