Desbloqueo presupuestario

La carambola imperfecta

El previsible acuerdo del Govern con los 'comuns' por las cuentas de la Generalitat no anticipa necesariamente el apoyo de ERC a los presupuestos de Pedro Sánchez

Ada Colau y Ernes Maragal, tras la reunión para negociar los presupuestos de Barcelona

Ada Colau y Ernes Maragal, tras la reunión para negociar los presupuestos de Barcelona / periodico

Roger Palà

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El acuerdo entre el PSOE, Unidas Podemos, PNV ERC para la investidura de Pedro Sánchez ha abierto una nueva etapa que tendrá consecuencias más allá de la política española. Una de las más relevantes es la posibilidad cada vez más cercana de desatascar los presupuestos de la Generalitat.

El Govern funciona con presupuestos prorrogados desde 2017. Aquel año, fue la CUP la que dio el aval a las cuentas de Junts pel Sí, en una decisión que permitió la continuidad del de Puigdemont, que acabaría celebrando el referéndum del 1 de octubre. Pero después del 1-O, Junts per Catalunya y ERC no han sido capaces de llegar a ningún entendimiento con los anticapitalistas, aunque los diputados cuperos facilitaron con su abstención la investidura de Quim Torra.

La situación de bloqueo se ha reproducido hasta que ‘comuns’ y ERC han descongelado sus relaciones. El pragmatismo ha acabado imponiéndose a todos lados, y parece que habrá un efecto carambola: además del aval de los ‘comuns’ a los presupuestos de la Generalitat, ERC dará luz verde a las cuentas de Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona. Un 'win win' que no ha sido nada fácil que saliera adelante, teniendo en cuenta el malestar de los republicanos con Colau después de que la alcaldesa revalidara la alcaldía con los votos de Valls y el PSC.

Contradicción de los ‘comuns’

Los ‘comuns’ deberán gestionar ahora la contradicción de avalar los presupuestos de un gobierno donde participan los herederos de la antigua Convergència. La decisión no debería ser un mero trámite, porque las críticas de la formación de Ada Colau a la CUP cuando los anticapitalistas acordaron las cuentas del 2017 con Junts pel Sí no fueron precisamente suaves.

La carambola ERC-'comuns’ tendrá consecuencias importantes en Junts per Catalunya, que corre el riesgo de perder centralidad política. JxCat se ha situado fuera del pacto que ha permitido la investidura de Sánchez, no participa -de momento- del acuerdo de Barcelona, y ha visto cómo sus socios de gobierno, con Pere Aragonés al frente, han acaparado protagonismo en las negociaciones con los ‘comuns’ en la Generalitat. El acuerdo de presupuestos, además, asume medidas fiscales poco agradables para gran parte del mundo convergente, como el incremento del IRPF a las rentas más altas.

ERC ha conseguido presentarse como pieza imprescindible en todas las ecuaciones. Pero sería un error pensar que los acuerdos en Catalunya se reproducirán automáticamente en Madrid. El apoyo republicano a los presupuestos del Estado será una pieza mucho más difícil de encajar. Dependerá de cómo evolucione la mesa de negociación pactada entre republicanos y socialistas, y también de cuál sea la actitud del PSOE en el frente judicial. Resulta temeraria, también, la posibilidad de anticipar un nuevo tripartito de izquierdas en Catalunya entre ERC, PSC y 'comuns'. Pero, después de años de bloqueo, parece que los bloques se han roto.