Al contrataque

Las fiestas y los hospitales

Gobernar es decidir dónde se recorta y dónde se gasta dinero. Mas dejó huella con los tijeretazos de 2011, y con el tiempo hemos visto las prioridades de sus sucesores, Puigdemont y Torra

Colas en urgencias en Vall d'Hebron

Colas en urgencias en Vall d'Hebron / periodico

Antonio Franco

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Les ponen cuatro luces y un disco de villancicos y muchos quedan deslumbrados. Vuelven a ver el dedo en vez de la luna. Año tras año. Tienen una buena fe sensacional. Los resúmenes informativos de los 12 meses que quedan atrás les han vuelto a recordar que la gente está descontenta en casi todas partes, que se ensancha todavía más la brecha entre los que tienen muchísimo y los que pasan apuros para subsistir, que se multiplican las protestas, pero se traga todo lo que haya que tragar y ni se resuelven los problemas de fondo ni se instauran mecanismos correctores eficaces.

Estamos en la temporada de celebraciones pero la fiesta va por barrios. Unos amigos me cuentan lo que casi todos ya hemos vivido: la abuela está mal, ha tenido un arrechuchón y han tenido que recurrir a los servicios de urgencia. Allí, ahora por el embotellamiento de las vacaciones navideñas, en otros momentos por las estivales, como el personal básico es insuficiente mis amigos se han reencontrado con lo de desgranar horas con la camilla en un pasillo, con la imposibilidad de atajar el dolor, con la atención deslabazada y sin horario, rodeados de decenas de personas idénticas a ellos sufriendo el mismo trato pese a que el colapso de los centros en estas fechas era perfectamente previsible y cuantificable, pero no se adoptaron medidas suficientes.

Desde que empezaron los recortes desmesurados en la sanidad pública las cosas van así. El personal sanitario multiplica sus esfuerzos pero las decisiones administrativas restan capacidad de respuesta. ¡Feliz año nuevo, Artur Mas, que dejó usted huella de su paso con los tijeretazos de 2011! En su condición de 'president' tuvo que tomar decisiones que afectaban a las prioridades. Había que optar por sacar dinero de unas cosas para ponerlo en otras. Con el paso del tiempo hemos ido viendo nítidamente cuáles eran y cuáles han continuado siendo las prioridades de sus sucesores, Carles Puigdemont Quim Torra. Gobernar es precisamente eso: decidir dónde se recorta y dónde se gasta dinero. 

Sepan que no me quejo de lo que pueda pasar en un mal día de un centro hospitalario concreto.  Aludo a que Catalunya retrocede desde entonces en los 'rankings' de la atención médica. <strong>Las listas de espera crecen</strong>, y desde que la Generalitat decidió un plan de choque para acortarlas, crecen aún más. Hay cerca de medio millón de personas a la espera de que un médico especialista les atienda. Algunos tardan casi dos años, aunque sus problemas comporten dolores continuos o disfuncionalidades. La espera insultante afecta también a las pruebas médicas y las intervenciones quirúrgicas. Nuestro castillo de naipes se ha desmoronado y la 'doctrina Mas' sitúa a los catalanes prácticamente en la cola española en inversiones en sanidad. Prioridades, esa es la palabra.