El sector del libro

Dos actos, dos culturas

En el CCCB, cinco señoras debatían sobre la cultura catalana. En el Teatre Goya, el Gremi d'Editors repartía sus premios anuales

gandules cccb -m-berenguer 08

gandules cccb -m-berenguer 08 / periodico

Isabel Sucunza

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El lunes por la tarde, en el CCCB, cinco señoras debatían sobre la cultura catalana. Al mismo tiempo, solo unos metros más allá, en el Teatro Goya, el Gremi d'Editors repartía sus premios anuales entre aplausos generales y con la presencia de una buena representación de la cultura institucional: aquí sí estaban, en el CCCB, no.

Era muy revelador seguir por las redes simultáneamente la evolución de ambos actos. En mi TL se sucedían los comentarios de los asistentes a uno y a otro. Para empezar, sorprendía que muchos editores independientes estuvieran en el acto del CCCB y no en el del Goya, que había sido organizado por el gremio del que muchos son socios (el del CCCB, en cambio, lo montaba una editorial pequeña: L'Avenç). Sorprendía también el contraste entre los comentarios referidos a la entrega de premios, que eran simplemente constataciones de lo que allí pasaba -”ahora recoge el premio fulanito”, “ahora habla la 'consellera'”-, y los que se hacían en vivo desde el debate, que celebraban, cuestionaban y daban pie a ristras de respuestas más o menos aprobatorias, más o menos críticas, de lo que allí se acababa de decir.

Es verdad que, como apuntaba el compositor Joan Magrané, el acto del CCCB, por la elección de las participantes, hablaba más del sector del libro que de la cultura en general, aun así, la imagen que este ofrecía era la de una cultura dinámica, autocrítica, pensada; con ganas de revisarse y de avanzar.

Lo que pasaba al mismo tiempo en el Goya, en cambio, transmitía un mensaje de continuidad de un 'establishment' que, está comprobado, no quiere ir más allá de lo que ya es: basta con ver dónde estaban esa noche todos aquellos editores de nueva generación que, año tras año, juntos, hacen crecer el pedazo de pastel con el que se hacen cada Sant Jordi, cada Navidad y durante el resto del año.

Vista en conjunto, esa noche, aunque demasiado centrada en los libros, sí que ofreció una conclusión interesante sobre la cultura del país: no es suficiente con poner el sitio (el CCCB lo ponen las instituciones), ahora es el momento de empezar a trabajar con quien ya trabaja con resultados garantizados fuera de aquella jaula.