Buque fantasma

Laura Borràs se aproxima con paso firme a su imputación judicial. Será difícil apelar a la persecución política. La acusación de haber adjudicado contratos de forma “arbitraria” cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (dependiente de la Generalitat) no deja espacio a la épica. Más bien invita al sonrojo. “Con la Borràs, yo facturo unos trapis por allí", "lo jodido es si la Borràs deja de ser directora", al revisarse los gastos "comenzarán a salir marrones". Estas frases de beneficiado por las adjudicaciones figuran en la exposición de la jueza. Es un informático procesado por narcotráfico y falsificación de billetes. Su vida profesional ha contado en varios momentos con el apoyo de Borràs.

Con Borràs enredada en “trapis”, Puigdemont luchando contra la invisibilidad y Sànchez en la càrcel, JxCat se asemeja cada vez más a un buque fantasma. Creado como artefacto electoral, con la emoción por todo carburante, navegará mal por las aguas de la negociación y el realismo. Aún no sabemos si es ahí hacia donde nos dirigimos. En buena parte dependerá de la capacidad del capitán de enturbiar las aguas.