La hoguera

Lo que arde en los contenedores

El 'logos' desaparece barrido por el 'pathos': días de furia, de caos, de absurdo

Manifestantes quemando contenedores.

Manifestantes quemando contenedores. / periodico

Juan Soto Ivars

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Los vemos: veinteañeros que destrozan todo lo que pillan a su paso en Barcelona, que lanzan objetos contundentes y consignas simplistas. El 'logos' desaparece barrido por el 'pathos': días de furia, de caos, de absurdo. Detalle importante: a pie de calle, la ciudad parece por la noche un planeta sin adultos. Una versión del país de Nunca Jamás donde los niños perdidos llevan 'estelada' y capucha y los piratas, trajes de batalla de los Mossos y la Policía Nacional. Pero más allá de la estéril retórica de cada bando, me parece que el nihilismo irreflexivo de estos muchachos es algo sobre lo que merece la pena detenerse.

Las protestas coinciden con la publicación de un libro, 'La transformación de la mente moderna' (Deusto), que aborda el cambio generacional entre los 'millenials' (nacidos entre 1982 y 1994) y la hornada siguiente, la llamada 'iGen', compuesta por menores de 25 años que utilizaron las redes sociales desde una edad muy temprana. Escrito por el psicólogo Jonathan Haidt y su colega Greg Lukianoff, trata de ofrecer una explicación a los problemas de violencia e intransigencia que se han multiplicado en los campus norteamericanos desde 2013, momento en que esta generación empezó a acceder a la universidad.

Es interesante leerlo mientras pasa en Barcelona lo que está pasando. Los ejemplos conectan, y las explicaciones alumbran. Para comprender una violencia cercana, a veces es mejor apartar la vista de la barricada y el contenedor incendiado delante de tus narices. Los autores abordan el problema de fondo: el antiintelectualismo visceral, el gregarismo polarizado, las emociones identitarias, el giro tribal. Pero lo hacen con amplitud de miras, empatía y generosidad. No demonizan a los jóvenes, sino que tratan de entender qué ha fallado en su educación.

De esta manera, la crítica más implacable del libro se dirige contra los adultos. Coloca el foco en la cadena de errores, muchas veces bienintencionados, que parecen haber convertido a muchos chicos en la carne de cañón que exigen los líderes populistas.