Dos miradas

Litúrgia

Activos principales de la democracia se han tambaleado estos días, como la presunción de inocencia

Lorena Roldán (Cs) pregunta a Torra si cuando pedía a los CDR "apretad" eran los detonadores

Lorena Roldán (Cs) pregunta a Torra si cuando pedía a los CDR "apretad" eran los detonadores. / periodico

Josep Maria Fonalleras

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Hay un montón de ejemplos de actuaciones irregulares, desaforadas y fallidas de las fuerzas de seguridad. Grandes despliegues mediáticos y una nula entidad penal de las acciones que se persiguen. Con esto quiero decir que, del mismo modo que no podemos asumir la inocencia ciega del detenido, es ilícito pensar inmediatamente en su culpabilidad. Y, mucho menos, extraer de la detención una serie de responsabilidades o de criminalidades hipotéticas y futuras. Y, mucho menos, extender esta sospecha a todo un colectivo o a una institución. Lo que sí se puede denunciar es la forma. Es decir, una operación que, desde el primer momento, contiene la sospecha de un entramado narrativo que va más allá de una detención preventiva. Activos principales de la democracia se han tambaleado estos días, como la presunción de inocencia.

Y, por supuesto, también hay que denunciar los aspavientos. No vale la bajeza de enseñar fotos de los atentados de ETA. Es una indecencia moral. Y tampoco es plausible que el activismo -lícito como tal- forme parte de la acción de gobierno. En una situación crítica, la liturgia es quizás el último bastión contra el caos. Y es, hoy por hoy, un paisaje que agrisa.