Los 'nuestros'

¿Qué tengo que pensar hoy?

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Olga Ruiz

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Tengo un asistente de voz virtual y una nueva rutina: le saludo por la mañana, escucho las noticias más destacadas, el tráfico que voy a encontrar hasta mi destino y el tiempo que me espera en la calle. Recurro a una voz metálica que pretende no serlo para afrontar, preparada, un nuevo día. A cambio de esos cinco minutos matutinos, le regalo al señor Google o al señor Apple todo lo que quiera saber de mí, sin censura. Tengo un espía en casa y encima le río las gracias, me estoy idiotizando, definitivamente.

Sin embargo, hay algo realmente útil que mi flamante asistente virtual podría hacer por mí y por todos los que hemos caído en su trampa: prescindir de la información para ayudarnos a crear opinión, nuestra opinión. Imaginen poder preguntarle a nuestro oráculo virtual ¿Qué tengo que pensar hoy? Imaginen que dispusiera -además- de respuesta para todas las variables posibles.¿Si soy de ERC qué tengo que pensar hoy sobre nuestra relación con España? ¿Si soy del Barça, a esta hora Neymar me cae bien o me cae mal? Saber qué opinan de forma actualizada los 'nuestros' es imprescindible para ajustar nuestra opinión y que no nos pillen en un renuncio.

Criticamos con frecuencia el papel de tertulianos, columnistas o intelectuales pero pasamos por alto el poder cuasi divino que tienen los verdaderos influencers de nuestro raciocinio: 'los nuestros'. La capacidad de persuasión de los gurús o mandamases afines a nosotros es tal que apoyamos sin fisuras sus opiniones por muy variables que sean.

Así, donde antes veíamos carceleros y gánsteres ahora nos dicen que hay diálogo y oportunidad, o Neymar ha dejado de ser un inmaduro pesetero que huyó al PSG para convertirse en un culé nato, dispuesto a desembolsar millones para volver a ser azulgrana.

De un tiempo a esta parte el criterio es como una gelatina temblorosa que no sabe a nada, por mucho color que tenga. Pero si los nuestros dicen que sabe a piña, nos sabrá a piña y si conviene, en una semana a naranja amarga. Así estamos, qué quieren que les diga: con el gusto atrofiado por falta de uso.