Opinión | EL ARTÍCULO Y LA ARTÍCULA

Juan Carlos Ortega

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El arte que rejuvenece

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No sé si se habrán fijado ustedes, pero cuando alguien quiere criticar una película o una novela, o cualquier obra de arte creada hace algún tiempo, inevitablemente dice cosas como "esta película ha envejecido" o "esta novela ha envejecido". En definitiva, "X ha envejecido", dando a entender que la percepción que se tuvo de X hace años, cuando fue creada y disfrutada por el público de la época, ya no es la misma, y que ahora la cosa ha decaído.

Siempre me ha sorprendido que la expresión 'envejecer' sea utilizada como sinónimo de algo tan profundamente negativo. Tenía yo entendido que todo el mundo andaba elogiando la vejez como algo maravilloso, lleno de experiencia y lucidez, pero está claro que andaba yo equivocado.

Envejecer implica, para estos críticos, y para todos los que usan esas expresiones, perder la sintonía con el público.

¿Se imaginan que la cosa fuera al revés? Hagamos un breve ejercicio imaginativo, no demasiado profundo. Supongamos que la juventud fuera vista como realmente lo que es; una etapa algo tonta en la que se tienen ideas a medio hacer, volátiles y presuntuosas. En ese caso, las películas que soportan el paso del tiempo serían las que, por fortuna, no han rejuvenecido, las que siguen siendo viejas a pesar de todo.

"Si Chaplin
continúa vigente

no es porque no haya envejecido, es porque nació viejo y nunca será joven"

"Esta película ha rejuvenecido", escribiría algo triste un crítico cinematográfico de un filme que, en su momento, parecía magnífico pero que, años después, se ha revelado como vacio e insustancial. 'Esta novela ha rejuvenecido' significaría que lo que antes se consideraba profundo en esa obra, se ve ahora como tonto y simplón. Es decir: lo que antes se consideraba maduro ahora se revela como joven.

A mí, hace muchos años, me gustaban obras que consideraba, en aquel momento, magníficas e intelectualmente densísimas. Flipaba con ellas. Eran lo más para mí. Es decir, me parecían obras "viejas" en el maravilloso sentido del término, creaciones maduras, lúcidas, estables.

Ahora, cuando las veo, o las leo, o las escucho, me parecen tonterías juveniles, porque esas obras, esas películas, esos ensayos, esas canciones, no han soportado el paso del tiempo y han rejuvenecido. Por arte de magia, ante mis ojos, han revelado lo insustanciales y jovencitas que eran.

Dejemos, de verdad, de usar 'envejecer' unido al arte como algo espantoso, porque no lo es. Siempre que usted vuelva a visitar una obra antigua y le parezca menos buena de lo que supuso en su momento, o de lo que toda una generación suponía, no use lo de envejecer. Utilice 'rejuvenecer', aunque solo sea para compensar un poco.

Si Chaplin continúa vigente, no es porque no haya envejecido, sino porque nació viejo y, afortunadamente, nunca será joven.