LA CLAVE

El padre que vive de Neymar

¿Por qué no nos escandaliza cómo gestionan su carrera los progenitores de algunos futbolistas?

Neymar

Neymar / periodico

Albert Sáez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

De vez en cuando, nos horrorizamos con algunas noticias como esta: "Unos padres pierden la custodia de dos de sus hijos por humillarles en Youtube Ciertamente, es un escándalo que unos progenitores se dediquen a maltratar a sus hijos para conseguir unos clics en una red social y ganarse un dinero gracias a la morbosidad y crueldad de los usuarios. No es un fenómeno nuevo. La literatura y el cine nos advierten de que, históricamente, siempre ha habido casos aislados de utilización de menores para conseguir dinero fácil o para salir de apuros. Aún nos resuena el caso de los padres de Nadia Nerea que utilizaron durante años la enfermedad de su hija para estafar a cientos de personas bienintencionadas a las que sisaron nada más y nada menos que 400.000 euros paseando a su hija por los platós de televisión. En general, damos por supuesto que desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la creación de Unicef (cuyo logo lució el Barça en sus camisetas)la explotación infantil es una práctica a erradicar. Aun así, organizaciones como Save the Children nos recuerdan permanentemente que importantes multinacionales occidentales basan sus beneficios en el trabajo -en realidad explotación- infantil en los países pobres.

Hay formas más sutiles y que nos provocan menos horror. Todos conocemos en nuestro entorno casos de padres y madres que presionan de manera desmesurada a sus hijos e hijas para que destaquen en algún deporte o en alguna práctica artística. Incluso a plena luz de la televisión en esos programas de presunta captación de talento. En algunos casos, esa presión se convierte en enfermiza con consecuencias graves para la salud mental, y en algunos casos física, de sus hijos. Nadie dice nada. Algunos se esconden tras el legítimo deseo de darles una vida mejor a sus hijos. Otros intuímos que lo hacen para superar sus propias frustraciones. Pero los hay que simple y llanamente tratan de enriquecerse con el talento de los menores. Los padres de Neymar, por ejemplo, crearon una sociedad, de la que son los accionistas al 50%, para gestionar los derechos de su hijo tres años antes de que fuera profesional y mayor de edad. Una empresa a la que le conviene comprarlos y venderlos cuantas más veces mejor, como ha explicado el gran Emilio Pérez de Rozas. Les da igual al Barça que a La Casa de papel. Si lo hicieran en Youtube, sería un escándalo. Pero el Barça es "més que un club". O ya no.