transición ecológica

Los gases renovables, los grandes olvidados

La industria de los gases renovables tiene un amplio camino por recorrer y llevamos un atraso considerable respecto al resto de Europa

Planta de biogás en Lleida.

Planta de biogás en Lleida. / periodico

Xavier Flotats Ripoll

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Los gases renovables son los gases obtenidos de materias primas o fuentes renovables, entre ellos el biogás obtenido de digestión anaerobia, gas de síntesis del proceso de gasificación e hidrógeno a partir de energía eléctrica renovable. Estos gases se pueden transformar a gas natural renovable (GNR) y utilizar la infraestructura gasista para su transporte, distribución, uso o almacenaje, con más de 500 instalaciones en Europa y solo una en España inyectando el gas a la red.

La energía primaria producida en las aproximadamente 18.000 plantas de biogás en Europa fue de 16,1 Mtep, con 15,6 TWh de biometano inyectado a la red, mientras que en España la producción fue de 231 ktep en el 2016. Estudios para España del potencial energético disponible de los gases renovables aportan valores entre 5,3 y 8,2 Mtep/año, con un ahorro mínimo anual de 12 millones de toneladas equivalentes de CO2. Estos valores indican que la industria de los gases renovables tiene un amplio camino por recorrer y que llevamos un atraso considerable respecto al resto de Europa.

Existen diversas barreras que explican este atraso, pero la más plausible es la falta de políticas claras, interconectadas y coordinadas sobre la luchar contra el cambio climático, la autosuficiencia energética, la gestión de residuos y el desarrollo rural. Este último ámbito es clave en la política francesa de conseguir que en 2050 todo el gas que circule por la red de gas natural sea renovable.

Los recursos que permiten la producción de estos gases están distribuidos en el territorio, y no siempre su uso in-situ permite el mayor rendimiento. Se hace imperativo una red de gas que llegue allí donde es posible producirlos. El tema es tan importante como para que la Orden TEC/406/2019, de 5 de abril, por la que se establecían orientaciones de política energética a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, señalara sobre la metodología de retribución de la distribución de gas natural: "Con objeto de contribuir a la lucha contra el cambio climático, la metodología de retribución debería introducir medidas para que el régimen económico sea compatible con la promoción del uso de los combustibles menos contaminantes y menos emisiones de gases de efecto invernadero y la inyección de gases de origen renovable en las redes de distribución". Es preocupante, pues, que en la propuesta de Circular de la CNMC no se haga ninguna mención a los gases renovables ni a la posibilidad de una metodología facilitadora, como sería de esperar.

En un futuro renovable, donde los recursos energéticos se encuentran distribuidos en el territorio, debe invertirse en infraestructuras en el territorio, a fin de favorecer allí la actividad profesional y establecimiento de nuestra juventud, y evitar su fuga a las grandes ciudades. Una España vacía, o mejor dicho, vaciada por políticas sin visión no es una buena noticia si se persigue un futuro mejor.

Xavier Flotats Ripoll, Profesor Emérito de Ingeniería Ambiental, Universidad Politécnica de Cataluña