Al contado

Salarios a la catalana

Los expertos avisan de que una retribución mínima superior a 950 euros sería nociva para el empleo poco cualficado

Pere Aragonès, en un pleno del Parlament.

Pere Aragonès, en un pleno del Parlament. / periodico

Agustí Sala

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Y van las apuestas ¿De cuánto será el salario mínimo interprofesional (SMI) de referencia que quiere calcular el Govern? Salvando el detalle de que carece de competencias en la materia, el gesto es comprensible: el nivel de vida no es el mismo en toda España, aunque, a decir verdad, tampoco lo es dentro de la misma Catalunya. Los 900 euros mensuales del SMI no compran lo mismo en unos sitios que en otros. 

En cualquier caso, la propuesta del 'vicepresident' y 'conseller' d'Economia, Pere Aragonès, es decir, territorializar el SMI; no es descabellada. Otra cosa es que pueda aplicarse mediante el consenso entre los interlocutores sociales.

Tampoco hay unanimidad sindical. En CCOO hay división sobre el tema. Una subida excesiva podría ser nociva, según declaró a través de twitter Carlos Martín Urriza, director del Gabinete Económico y encargado de los principales estudios que realiza el sindicato.

A su juicio es cuestionable que sea positivo elevar el SMI hasta 1.200 euros, que es el objetivo que marca la Carta Social Europea (60% del salario mediano). CCOO lo ha defendido reiteradamente como la referencia hacia la que hay que ir.

Uno de los argumentos contra un alza tan abrupta (33% respecto al actual) es que 1.200 euros supondría que la retribución mínima relativa a la productividad sería superior en España que en Europa, lo que provocaría una pérdida de competitividad. Y los perdedores serían los trabajadores menos cualificados, que son a los que se intenta proteger. Si lo que se les paga supera a la productividad, el empleo no es rentable y desaparece. Además, las patronales y los sindicatos ya acordaron el verano pasado elevar en el 2020 a 1.000 euros mensuales el salario mínimo de los convenios, que cubren al 80% de los asalariados y que es la vía para adaptar las condiciones salariales y laborales a cada sector.  

¿Y cuál sería el límite? Los expertos dicen que 950 euros, un alza del 5,5% sobre el 22% que ya subió en enero. La productividad del trabajo española respecto de los países con SMI es del 97%. En cambio, el SMI era apenas el 65,9% de la media europea. Ahora se ha situado en el 80,6% y la brecha con respecto a la productividad es similar a la de Francia o Bélgica, según el Gobierno. Queda margen, pero ahora la prioridad debe ser el empleo estable en un mercado laboral dominado por la precarierad, dicen. Una referencia para Aragonès.