Ausencia emocional

Tengo entendido que una pareja muy famosa, un actor y una modelo, se están separando. Nada nuevo bajo el sol. La causa, sin embargo, sí que me ha interesado. Hablan de ausencia emocional, que es una manera de decir que estaban juntos, pero que uno de los dos (o ambos) estaban pensando en otras cosas. Que la emoción se había desvanecido (estaba ausente de su vida) o que ambos (o uno de los dos) practicaban la ausencia a pesar de la presencia de los cuerpos.

De hecho, este podría ser el resumen de todo lo que hemos vivido desde aquel 6 de septiembre de 2017, y un poco antes. Se acaba el juicio y Melero ha dado en la diana: nadie dijo nada, ni votó nada y todo el mundo se fue a casa. Este fue el intento de una parte muy numerosa de la ciudadanía catalana, mayoritaria en su expresión política, para concretar la ausencia emocional con España. A la hora de la separación real, se diluyó el empuje, aumentó el grado de ausencia y se dispararon las emociones. El Estado ve violencia y tumulto, y no ha hecho sino agrandar la llaga con cárceles, odios y desprecios. Y aún tiene la posibilidad de hacerlo más. Se equivocan tanto. Fue una revuelta melancólica. Eso es lo que hemos aprendido.