A muerte con Sherpa

Se está perdiendo la vergüenza. No se le puede hacer esto a un representante del metal pesado como nuestro hombre

Baron Rojo

Baron Rojo / periodico

Ramón de España

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No suelo ver 'La Voz Senior' porque aún no me he recuperado del 'Casal Rock' de TV-3, aquel programa para carcamales marchosos a los que se obligaba a hacer el ridículo para dar un mensaje de armonía intergeneracional y, sobre todo, entretener a la población femenina rural de la tercera edad, que siempre ha sido muy fiel a la cadena. Pese a no ver 'La Voz Senior', que consiste en dejar actuar a músicos pop de una cierta edad, me enteré de la monumental metedura de pata del ilustre jurado, que no reconoció en uno de los aspirantes a José María Guzmán, miembro del grupo de los 70 Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, cuyo homónimo primer álbum es una de las perlas de la corona del pop español de todos los tiempos. Al descubrir la identidad del jurado, todo se explica: David BisbalPaulina Rubio, Antonio Orozco Pablo López (éste no sé ni quién es). A efectos de la música popular en español, lo peor de cada casa.

La cosa se quedó ahí hasta que el programa tuvo la brillante idea de invitar a José Luis Campuzano, en arte 'Sherpa' e ilustre miembro de la banda de heavy metal Barón Rojo, a someterse a una prueba para ver si ese jurado de campanillas le permitía participar en la reunión de abueletes pop. Como informaba ayer este diario, Sherpa se puso como las cabras y, sin perder los estribos, envió humorísticamente a Bisbal y compañía a tomar por donde amargan los pepinos. Y es que realmente se está perdiendo la vergüenza. Yo nunca he sido fan de Barón Rojo --ni de la actual escisión en que milita Sherpa, Los Barones--, pero no se le puede hacer esto a un representante del metal pesado como nuestro hombre. Y, sobre todo, no se lo pueden hacer personajes como Bisbal y Paulina Rubio.

Los músicos de rock duro, durísimo, suelen ser, como sus fans, unas bellísimas personas --lo he comprobado cada vez que he entablado conversación con algún heavy, no puedo decir lo mismo de los devotos del tecnopop-- y, sobre todo, unos especialistas de lo suyo con una actitud ante la música que no comparten con los bisbales de turno. A Sherpa lo pueden examinar Metallica Black Sabbath, pero no los representantes del pop más blando y tontorrón del momento.

"Esto no se lo harían a Serrat o a Sabina", ha declarado nuestro hombre, con más razón que un santo. "Vayan a reírse de su tía", añado yo.