Cuidado con las municipales

Piensen que el telón de fondo de muchas cosas trascendentes futuras es la posibilidad de que tras las próximas elecciones municipales los independentistas gobiernen o no desde los dos lados de la plaza de Sant Jaume. Piensen que los sondeos recogen cada vez con más nitidez que tras el desplome de la intención de voto a Manuel Valls únicamente la actual alcaldesa, Ada Colau, tiene posibilidades de disputarle la victoria a Ernest Maragall, de ERC. Piensen, asimismo, que dentro de la previsible fragmentación de voto por la existencia de muchas candidaturas, las demás, especialmente la socialista y la exconvergente, parecen más decisivas cara a futuros pactos que sumen mayorías que como posibles ganadoras.

En este contexto la campaña electoral municipal parece centrarse mucho en los problemas de inseguridad que se denuncian en Barcelona. En si se trata de una responsabilidad de la 'conselleria' de Interior -de quien dependen los Mossos- o del equipo municipal de Colau, que únicamente dispone de la Guardia Urbana. La alcaldesa, que reclama desde hace años el necesario incremento de mossos en la ciudad, ha acabado por denunciar una supuesta inacción de Miquel Buch, 'conseller' de Interior, insinuando que es intencionadaintencionada, que busca precisamente que los barceloneses atribuyan al ayuntamiento la inseguridad que depende de la Generalitat.

Tomar partido

Ada Colau ha sido muy clara recordando un dato de fondo: desde hace diez años no se incrementa el número de mossos en Barcelona pese a que era necesario hacerlo y los vecinos lo reclaman. La alcaldesa aporta además otros matices: Buch no asistió, por ejemplo, a la última Junta Local de Seguridad pese a que se adaptó la convocatoria a su agenda, no se enviaron mossos al desalojo del 'top manta' del Portal de la Pau (lo que frustró la operación), tampoco se presentaron para desalojar a los seguidores del Liverpool el día que organizaron una escandalera en la plaza Reial... Buch argumenta que los mossos, insuficientes por las jubilaciones sin reposición y la falta de organización de más horas extras, multiplican eficazmente sus esfuerzos. Los sindicatos de mossos respaldan esa tesis de que Barcelona tiene menos agentes de los necesarios.

Nos va a tocar a nosotros, los barceloneses, tomar partido en las próximas elecciones sobre estas cuestiones, sorteando las propagandas. Y lo mismo respecto a intervenir regulando o no el turismo, o a superar las trabas que impiden que haya más vivienda social, o a actuar en relación a las cuestiones energéticas y la distribución del agua. Algunas de ellas dependen de criterios ideológicos, pero en la práctica son pulsos con lobis con muchísimo dinero para impulsar sus tesis. Por otro lado, tampoco olviden la importancia del tipo de mensaje sobre la pluralidad que se lanzará a todo el país a partir de mayo desde la plaza de Sant Jaume.