LA CLAVE

Independentistas en el OK Corral

El aval del Tribunal Supremo dará luz verde a un apasionante duelo político y personal entre Junqueras y Puigdemont por la hegemonía del independentismo catalán

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LUIS MAURI

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Tombstone (Arizona, EEUU), 1881. El crepúsculo de la historia se cierne sobre la indómita frontera del Far West. Los hermanos Earp Doc Holliday frente a los Clanton y los McLaury. Revólveres al cinto. Polvo y pólvora. El legendario duelo al sol en el OK Corral es el símbolo universal del ocaso de una era.

Catalunya (España, UE), 2019. Otro gran duelo se prepara larga y concienzudamente. En este no hay polvo ni pólvora. La disputa se ciñe a la hegemonía política, y también podría marcar un cambio de época. O no. Todo es muy incierto. No hay posiciones cristalinas. Los perfiles presentan un brillo de irrealidad, un destello ambivalente.

El aval del <strong>Tribunal Supremo</strong> a la candidatura de Puigdemont en las europeas (es de esperar que será ratificada por el juzgado competente) restablece la justicia y da luz verde a otro gran duelo. Junqueras y el hombre de Waterloo, de nuevo frente a frente. Uno de los episodios más apasionantes de la larguísima guerra entre los centroizquierdistas de ERC y los centroderechistas de JxCat por la supremacía en el independentismo catalán.

La contienda puede estar ya en los lances finales. La apabullante victoria de ERC sobre JxCat en las elecciones del 28 de abril (1.015.000 votos contra 497.000) así parece indicarlo. Si Junqueras bate de forma igualmente arrolladora a Puigdemont el 26 de mayo y los republicanos además consiguen <strong>la alcaldía de Barcelona</strong>, la suerte estará echada para las próximas elecciones autonómicas. ERC pisará entonces el acelerador y JxCat, el freno.

Palomas y halcones

¿Seguro? Hay pocas cosas seguras en el magma independentista. Las palomas de hoy eran ayer halcones, y viceversa. En el 2017 también había llegado la hora de ERC, pero Puigdemont le robó la cartera a Junqueras en el último minuto: 12.000 votos de ventaja.

La aventura unilateral era un farol, Ponsatí dixit, pero nadie tuvo el coraje, ni la honestidad, de aclararlo a tiempo. El unilateralismo fracasó, todos lo admiten en privado pero en público disimulan apropiándose de Parks, Mandela, Gandhi, las víctimas de <strong>Mauthausen </strong>y de cualquier causa universal, excepto la de los catalanes damnificados por los recortes sociales de los gobiernos nacionalistas desde el 2010.