Un hallazgo de lunes

Todo llegó al principio por los 'stories' de la amiga Bea Lobo. Lo cual es prosaico y curioso a partes iguales. Todo llegó la semana pasada. Ella estaba pintando algo, lo que parecía un cuadro, y lo desgranaba poco a poco, en esa serpentina mosaico que es Instagram. Primero un brazo largo y lánguido. Después una sonrisa. Un día apareció una teta. Los pequeños fragmentos iban conjurando una imagen más grande, algo que se intuía importante, extraño.

Importante y extraño es una buena manera de definir la noticia que nos traía Bea: se había recuperado "Vaya luna de miel", una película inédita del no menos importante Jess Franco, y ella estaba pintando su cartel. Y como en las noticias que llegan de otra época, la película había aparecido en una lata en el fondo del archivo de la Filmoteca, lista para ser descubierta.

Una vez entrevisté a Jess Franco, siguiendo la estela de una de sus actrices fetiche, Britt Nichols, más adelante conocida como Carmen Yazalde. Él era una mina de conocimiento y anécdotas. Recordó la época en que rodaba en Portugal -dónde se filmó esta recuperada luna de miel- y se rió a carcajadas del catetismo que hacía que sus películas más picantes fueran consideradas escandalosas. Pero quizás lo más revelador de su carácter llegó cuando le conté que había entrevistado a Britt Nichols hacía poco. No se veían desde 1974, cuando el rodaje de su última película juntos. Franco había querido que Nichols siguiera como actriz, pero ella se había enamorado de un futbolista -Héctor Yazalde- y se había mudado a Buenos Aires.

"¿Cómo está? ¿Ella está bien? Me alegraría mucho saber que ella está bien.", me preguntó, ansioso, al teléfono. Ese hombre moderno, ácrata, y dado a la picaresca necesitaba saber de uno de sus eslabones perdidos. Le aseguré que ella estaba perfectamente. Él entonces pasó a describir apasionadamente las características frente a la cámara de Nichols, a quien comparó con Klaus Kinski. Y nada más.

Todos esos fragmentos de vida han vuelto hoy a través de unos 'stories', de una caja de latón en una maleta, de una teta pintada al óleo. Lo cual no es una mala manera de empezar la semana.