Los barceloneses se sienten inseguros

El aumento de los pequeños hurtos, la nefasta actividad de los narcopisos y una menor visibilidad de la policía en las calles han contribuido a que por primera vez en una década la mayor preocupación de los barceloneses sea la inseguridad en las calles de la ciudad, según se desprende del barómetro semestral del Ayuntamiento de Barcelona correspondiente al mes de diciembre del 2018. Como admitió el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, en la presentación de los datos, la percepción ciudadana no es una ilusión, sino consecuencia de un problema real de la ciudad.

Más agentes en la calle

Hay más hurtos, eso es un hecho; la presencia de los narcopisos en Ciutat Vella expulsa a los vecinos y al resto de barceloneses de la zona; la sensación de inseguridad en espacios como el metro es preocupante... Ampliar la presencia de agentes en la calle es una de las medidas necesarias, pero no es la solución mágica que desearía el consistorio, y más en un año electoral. En plena precampaña, la inseguridad es sin duda un goloso tema para la oposición y un dolor de cabeza para el ayuntamiento.

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Criticables como son la demagogia y el electoralismo en este tema, también lo es negar la evidencia hasta que la realidad se hace insostenible. Una capital internacional de primer orden como Barcelona merece una política de seguridad seria, con recursos, blindada de los vaivenes políticos. Los resultados de este barómetro tan solo muestran una justificada preocupación.