Análisis

Los mangas, una puerta a la cultura japonesa

La imparable fiebre por todo lo nipón es debida en buena parte al 'boom' del cómic japonés de hace más de 25 años

Los fans junto a las autoridades fotografiándose en el fantástico mundo de Doraemon.

Los fans junto a las autoridades fotografiándose en el fantástico mundo de Doraemon. / periodico

Alfons Moliné

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El 24º Salón del Manga, que se inaugura este jueves, vuelve a demostrar la buena salud de que goza la cultura popular japonesa en nuestro país. Su continuo crecimiento, año tras año, en número de visitantes -la edición del año pasado alcanzó casi los 150.000- y en extensión, lo han convertido en la tercera feria popular de Barcelona y en un destino imprescindible para otakus (aficionados al manga) de toda España e incluso del extranjero.

El 'fenómeno manga', que hasta hace no demasiados años era todavía visto como una simple moda pasajera, ha devenido con el tiempo una burbuja que crece imparablemente, abarcando no solo el manga y el anime -es decir, el cómic y la animación japoneses- y otras actividades lúdicas como los videojuegos, el cosplay o el karaoke,  sino además los múltiples aspectos de la cultura y las tradiciones japonesas: artes marciales, cocina, cine asiático de imagen real, origami, ceremonia del té, bonsáis... y naturalmente, el aprendizaje de la lengua japonesa y los viajes a Japón. Todos ellos, junto a las habituales presentaciones de novedades editoriales, sesiones de firmas y proyecciones de anime, tienen su espacio en la programación del salón, englobadas bajo el título de Japan Experience.

No es de extrañar que, paralelamente al desarrollo del mercado de los mangas en España, se haya desarrollado otro mercado de obras dedicadas a la cultura japonesa en general, desde los haikus hasta la doctrina zen pasando por las guías de viaje destinadas a quienes deseen saber más sobre el país o tengan planeado visitarlo; e incluso hay revistas especializadas en todo lo relacionado con Japón, como Eikyô.

De hecho, una de las novedades más esperadas de este salón es 'Japón: Manga, traducción y vivencias de un apasionado del país del sol naciente' (Norma Editorial), un volumen de más de 300 páginas elaborado por el traductor y erudito Marc Bernabé, conocido especialmente por su ya mítico método lingüístico 'Japonés en viñetas', donde revela -y hace contagiar al lector- su sincero afecto por Japón, mostrando de manera amena las mil y una facetas del país. Otros dos especialistas, José Andrés Santiago y Manuel Hernández, lanzarán a finales de noviembre 'Japón para Otakus' (Diábolo Ediciones), una guía dedicada a los museos, parques temáticos y otros lugares de culto que el aficionado al manga y el anime no debe perderse cuando viaje a Japón.

Toda esta imparable fiebre por todo lo nipón es debida en buena parte al 'boom' del manga que tuvo lugar entre nosotros hace ya más de 25 años; el lector que, de joven, disfrutaba con las hazañas de Son Goku o los Caballeros del Zodiaco, ya fuese en la pequeña pantalla o en papel, al crecer no ha abandonado su pasión japonófila, haciéndola madurar y enfocar hacia horizontes más vastos, y ahora lee manga seinen (para adultos). El manga cumple así su función de puerta a la cultura de este fascinante país asiático, demostrando a todas luces su poder como herramienta motivadora y no meramente recreativa.