El avance ultra

El efecto péndulo

La vulnerabilidad social y la precariedad han dado paso a un período en el que se ha recrudecido la crítica hacia unas instituciones que parecían intocables

Manifestantes del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en Chemnitz.

Manifestantes del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en Chemnitz. / .44868553

Carles Sans

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Si miramos la historia nos damos cuenta de que las sociedades que la han ido tejiendo han pasado por períodos que con mayor o menor frecuencia han sido oscilatorios: han creado un efecto péndulo que ha hecho que las ideologías y las conductas de una o varias generaciones provoque con el tiempo un efecto fluctuante que derive hacia el extremo contrario. De una sociedad progresista lo más probable es que con los años, por el efecto rebote y a criterio del ciudadano, se bascule hacia una sociedad conservadora por envilecimiento de la contraria.

Según dicen los expertos la oscilación del péndulo cada vez es menos, es decir, tiende a recorrer menos tramo de un extremo a otro en busca del centro, lo que sería el punto de equilibrio, en el cual, según dicen, nunca será posible detenerse porque el péndulo siempre tiende a oscilar. Fijémonos como la aceptación de las relaciones sexuales prematrimoniales o la tolerancia sobre la libertad sexual eran muy mal vistas hace algunas décadas, y de repente el péndulo osciló hacia una sociedad más liberal que acepta, entre muchas otras cosas, la adopción gay y una amplia liberalización sexual.

Ahora existe una tendencia política que oscila hacia la derecha más conservadora, probablemente como respuesta a una etapa progresista que vive sus horas bajas en la mayoría de los países de Europa. El renacer de los partidos de ultraderecha en Francia, Suiza, Dinamarca, Alemania, Grecia o Austria nos señala que la oscilación del péndulo está provocada por las políticas socialdemócratas que han ido perdiendo fuerza, desgastadas por un período de una crisis económica muy fuerte que ha asolado Europa, la ola de migrantes que sacude a muchos países y la globalización que ha contagiado una sensación de vulnerabilidad social.

Esta precariedad ha dado paso a un período en el que se ha recrudecido la crítica hacia unas instituciones que, cuando el péndulo estaba en el otro extremo, parecían intocables, como es la monarquía, la iglesia, el sistema judicial, la banca o la política.