Dos miradas

Homérica

No pasa cada día que nace una estrella, un monstruo escénico, una presencia portentosa, una avalancha de sentimientos y de ritmo, una fuerza de la naturaleza

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Josep Maria Fonalleras

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Oí estos comentarios el día del estreno en el Teatre de Salt, en el Temporada AltaTemporada Alta: "Única, épica, sensacional, atemporal, homérica". Se referían a Elisabet Casanovas, la intérprete de 'Kassandra', el monólogo de Sergio Blanco que este miércoles se presenta en el Nacional. Y tenían razón. Y se quedaban cortos, porque los elogios a esta actriz de 24 años, que algunos identificarán con aquella muchacha sensible y enamoradiza de la serie 'Merlí', no deberían tener final. Oigan. No pasa cada día que nace una estrella, un monstruo escénico, una presencia portentosa, una avalancha de sentimientos y de ritmo, de control dramático, una fuerza de la naturaleza. Porque es igual que tiremos de tópicos o que miremos de ser imaginativos: solo hay una cosa cierta. Este miércoles nace una figura que será una de las mejores (quizás la mejor) actrices del futuro.

Es como aquella noche del 2005 en que apareció un tal Leo Messi en el Gamper. Lo digo así para que se entienda mejor y llegue a más gente. En un bar de neones rosas, con la cabellera falsa y anaranjada, las botas rojizas de mosquetero y un fragmento de medias de rejilla, corpiño escotado y faldas de leopardo, Elisabet Casanovas, la Kassandra que espera la llegada de un taxi para atender a un cliente, víctima de la guerra, desolada ante el futuro, pero oceánica, incontenible, es la heroína cantada por Abba y Homero, que se mantiene viva en una ciudad muerta y que esconde el sufrimiento tras una sonrisa vacía.