La segunda ciudad de Catalunya

L'Hospitalet, el centro de la Gran Barcelona

La transformación urbanística de los últimos 30 años ha contribuido a cambiar no solo la cara sino también la estructura económica y social de la ciudad

nualart 16-3-2018

nualart 16-3-2018 / nualart

Maria Rubert

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

L’Hospitalet es la ciudad más densa y compacta de Europa. Una ciudad sin periferia, que no tiene espacio libre perimetral. El núcleo urbano esta encajado entre Barcelona, Esplugues, Cornellà, El Prat y la Zona Franca y, en consecuencia, es central respecto al puerto y aeropuerto, con unas condiciones de accesibilidad excepcionales: tres líneas de metro con 19 estaciones, Ferrocarrils Catalanes y dos líneas de Renfe. Si una ciudad sostenible es aquella que no derrocha recursos, que puede recorrerse en transporte público y que organiza la edificación de forma concentrada, sin duda, L’Hospitalet se sitúa muy arriba en el 'ranking'. 

La superación del corte ferroviario que segmenta la ciudad en dos será un detonante, porque significa enlazar una ciudad dividida en dos. Una obra pendiente desde hace décadas, reclamada con tenacidad y valentía por la alcaldesa Núria Marín y su equipo, que ahora desencalla y que contribuirá a un menor atasco en los túneles hacia Sants. Levantar la barrera permitirá deshacer una frontera y todo lo que esto significa: crear una nueva avenida, un espacio público atractivo, que enlace no solo Bellvitge y el Gornal sino también el barrio de San Josep con Santa Eulàlia y acelere la transformación del centro industrial con nuevas calles intermedias, para servicios y usos mixtos. Un sector central, con muy buena comunicación con el centro de Barcelona, donde están empezando a convivir nuevas empresas, espacios culturales y viviendas, que aprovechan la singularidad y medidas de la arquitectura industrial.

La gran avenida vertical

La transformación urbanística de los últimos 30 años ha contribuido a cambiar no solo la cara sino también la estructura económica y social de la ciudad: primero se construyeron equipamientos y espacios verdes que contribuyeron a construir una ciudad más cohesionada, se pacificaron las calles del centro, que tiene hoy un carácter e interés que no tenía hace 30 años cuando el ayuntamiento estaba a pie de carretera. Desde el punto de vista de la estructura general la Rambla de Marina y su enlace con la Rambla de Just Oliveres construyen la gran avenida vertical que vincula el centro con uno de los barrios de bloques más grandes de Catalunya. Que Bellvitge sea actualmente un barrio vivo e integrado al tejido de la ciudad es un caso único en Europa, donde los polígonos construidos a partir de los años 60 con vivienda social son a menudo enclaves de exclusión y marginalidad.

Pero desde el punto de vista de la mejora de las condiciones económicas y sociales es relevante la transformación de la Gran Vía. Una vía rápida, que es hoy un avenida permeable, construida a partir de piezas de buena arquitectura desde la plaza Cerdà. Primero la Ciutat de la Justícia, que continúa con centros comerciales y de servicios hasta plaza Europa: el centro de nueva actividad terciaria y de servicios más grande de Catalunya, adonde se llega con metro. Una operación que podría ser una nueva barrera y en cambio ha dado la vuelta al barrio de Santa Eulàlia que usa la Gran Vía como un paseo con semáforos, civilizado.

El cambio de la Gran Vía es relevante desde el punto de vista de la mejora de las condiciones económicas y sociales

La Gran Vía continuará hacia el Llobregat, como 'calle mayor' del gran 'pool' sanitario y universitario que combina antiguos hospitales y centros de producción y distribución farmacéutica con nuevos servicios. Imaginamos con una solución todavía más radical con más pasos de peatones y apostando por el transporte público. L’Hospitalet hospitalario no se detiene. 

Muchos temas pendientes

La segunda ciudad de Catalunya tiene muchos temas pendientes: mejorar la urbanización y dar continuidad a una red de calles compleja en el Samontà, impulsar la transformación del centro industrial en un barrio mixto moderno, resolver situaciones en barrios con riesgo de exclusión como el de la Florida, insistir en la oportunidad de mejora de su vértebra central, como presentaba la exposición 'Carrer dels mil noms' en el centro cultural Santa Eulàlia en el 2017. Imaginar soluciones al quiebro topográfico que limita el Barrio de Marina del Samontà por donde circula el ferrocarril de Vilanova y el canal de la Infanta es otro de los grandes temas de esta ciudad que no para. Y también buscar los enlaces hacia el río Llobregat desenredando los nudos de la Gran Via y hacia Collserola, articulando las calles que eran arroyos de escorrentía.

La transformación de L’Hospitalet afecta directamente a la Gran Barcelona porque es su centro topológico y geométrico. Conviene no olvidar queL’Hospitalet  se sitúa en el centro de masas de la metrópolis. De ahí la energía y optimismo de esta gran ciudad.